Profesional de enseñanza primaria. Docente en contextos de encierro. Representante docente JCyD. Directora jubilada.

Así se llamaba, Idea Vilariño. Su padre Leandro Vilariño, era anarquista, poeta, gran lector, adoraba las poesías, sus autores favoritos eran Rubén Darío y Almafuerte. Poseía una marcada inclinación por la lírica tanto es así que sus otras dos hijas se llamaban Alma y Poema y sus dos hijos, Azul y Numen.

En Idea celebraba el poder de la razón, la abstracción y el entendimiento. Quizás por ello su nombre tenía algo de ventana abierta y poco de cadenas en una época de escasa presencia femenina en el campo de la literatura. Ella jugaba fuerte con las letras y se comprometía proporcionalmente.

Idea fue la única mujer entre un importante grupo de hombres los cuales marcaron la generación uruguaya del 45. Había nacido en 1920, en Montevideo. Su primer cuaderno de poesías fue “La suplicante”, publicado en 1945, le siguieron “Cielo y cielo” (1947), “Paraíso perdido” (1949), “Poemas de amor” (1957), pero quizás los más importantes fueron los poemas de 1955 llamados “Nocturnos”.

En los comienzos de la poesía se pensaba que este género solo tenía el propósito firme de cantarle al amor, de desgarrarse con él, de alabar a la naturaleza, de elogiar la belleza, pero en el caso de Idea Vilariño formó parte de un contexto social, político e ideológico que acompañó de manera próxima los acontecimientos históricos de América Latina. Ello sin dejar de lado las reflexiones más profundas sobre las emociones humanas.

En el año 1966 publicó el libro “Pobre mundo”, decía: “…Lo van a deshacer/ va a volar en pedazos/ al fin reventará como una pompa/ o estallará glorioso/ como una santabárbara/ o más sencillamente/ será borrado como/ si una esponja mojada/ borrara su lugar en el espacio…” (Fragmento del poema “Pobre mundo” del libro del mismo título).

Así la autora proyectaba pensamientos basados en la observación que hacía del planeta y la falta de consideración del ser humano con la naturaleza, la manipulación de sustancias peligrosas, la contaminación de las aguas y la devastación de los bosques.

Idea era eso… ideas, relaciones interpersonales complejas, compromiso con su ideología, letras mostrando la vida real.

Su romance con Onetti forma parte de los mitos del mundo literario, sus intercambios epistolares concluyeron con la muerte del escritor en el año 1994. De hecho “Poemas de amor” estuvo dedicado a él en le edición del año 1958, pero en la inicial en 1957 no ocurrió tal ofrenda. Amor que va, amor que viene.

Idea conservó las cartas de Onetti con intención de publicarlas, pero se cree que los herederos del autor no prestaron su consentimiento para tal fin.

Entre amores y odios, encuentros y desencuentros, Idea hizo que su poesía heredara lo más brillante y lo más oscuro de las emociones y florecieran palabras.

“No sé cómo decirte que es la poesía para mi. Es una forma de ser, de mi ser. Todo lo demás de mi vida son accidentes” (Fragmento de una entrevista dada por Idea Vilariño a Elena Poniatowska).

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