Director del Observatorio de Políticas para la Economía Nacional (OPEN). Fueguino

El sábado pasado, el presidente Alberto Fernández fue consultado sobre la posibilidad de que, en el corto plazo, se refuercen las regulaciones a las compras del famoso dólar ahorro (dólar oficial más el recargo por el impuesto PAIS). El mandatario reconoció que se encuentran estudiando posibles medidas dada la presión que generan los pequeños ahorristas a las reservas de libre disponibilidad en dólares.

Cabe destacar que, desde enero a junio, se han comprado mes a mes, una mayor cantidad de dólares por motivo ahorro. Esto obedece a que cada vez más personas se vuelcan a este tipo de operaciones. Para brindar algunos simples datos, en enero alrededor de 600 mil personas compraron dólares, creciendo esta cifra a aproximadamente 3.3 millones de personas en junio, casi 6 veces más. Esto tiene su repercusión en la cantidad de dólares demandados. En enero se compraron 232 millones, 200 millones para operaciones, las cuales pueden estar vinculados a viajes en el exterior y 32 millones en billetes para ahorro; mientras que en junio la suma ascendió a 778 millones, 110 millones para operaciones y 618 en billetes para ahorro. Pasando en limpio, se compraron casi 20 veces más dólares para ahorro en junio respecto a enero.

En el siguiente grafico del informe mensual del BCRA de Evolución del Mercado de Cambios y Balance Cambiario para junio 2020, se puede chequear la información suministrada:

Más allá de esta preocupación, las reservas no han variado en demasía. Desde el 31 de diciembre del 2019 a la actualidad, las mismas pasaron de 44.917 millones de dólares a 43.235 millones. No obstante, el dato que preocupa son las reservas de libre disponibilidad, las cuales no superan los 10.000 millones. A un ritmo creciente de compra de dólares por motivo ahorro, nuestra economía podría sufrir estrangulamientos productivos cuando la industria se reactive y requiera esas divisas para financiar importaciones de insumos necesarios para trabajar. En este sentido, la Vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, reforzó esta idea señalando que “No podemos seguir gastando dólares en ahorros que van a parar al colchón y salen del sistema, porque necesitamos esos dólares para producir.” 

Más allá de las declaraciones del Presidente y la Vicejefa de Gabinete, el Ministerio de Economía, desmintió que se vaya a limitar la compra de dólares. Esto se da en un contexto en el que preocupa la brecha entre la cotización oficial y el resto de las mismas (sean CCL, blue, etc.). Se teme que la misma se pueda profundizar al limitar aún más la compra de dólares y esto podría llegar a tener algún impacto inflacionario.

En definitiva, se opera bajo dos restricciones importantes, la primera es la necesidad material de dólares para pagar importaciones cuando la economía reactive y se necesiten insumos importados. La segunda, la brecha entre el dólar oficial y las demás cotizaciones hace menos creíble la oficial, y dispara expectativas al alza de devaluaciones, con el correlato en los precios. En ambos casos, se complica la recuperación económica, y es necesario surfear entre esas dos problemáticas. Desde el Ministerio de Economía se asume que la presión sobre el tipo de cambio va a disminuir y no será necesario la profundización del cepo. 

Desde el Observatorio de Políticas para la Economía Nacional, realizamos una proyección sobre la evolución de las reservas internacionales con distintos tipos de cepo. Uno de 100 dólares, otro de 500 y otro de 1000. Es decir, un escenario en donde el cepo se profundiza y otros dos donde se flexibiliza. 

Si bien no se genera una gran modificación sobre las reservas totales en los 3 casos, es para tener en cuenta el impacto en las reservas de libre disponibilidad. Una flexibilización en el monto de dólares permitido a comprar puede generar importantes problemas a la hora de gozar de reservas para financiar importaciones. Sin embargo, profundizar el cepo, no parece generar un gran alivio, mejorando muy poco el monto de reservas. Será entonces cuestión de observar que restricción llega primero y como se la ataca para mejorar a nuestra alicaída economía.

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