Profesional de enseñanza primaria. Docente en contextos de encierro. Representante docente JCyD. Directora jubilada.

Los dragones vienen custodiando a la humanidad desde tiempos remotos. Sus primeras apariciones nos remontan a la Mesopotamia. Ellos cuidaban la entrada de la ciudad de Babilonia. La mirada de Lamassu era el pasaje a ella.

La etimología de la palabra dragón nos lleva hasta el griego antiguo y la raíz de esta palabra traducida sería algo así como “serpiente de mirada fija” (drakón- drako- drakontos- dragón).

Si nos vamos hacia Grecia, Ladón era otro tipo de dragón puesto que poseía cien cabezas y cuidaba el Jardín de Hespérides (en él sólo había manzanas, pero ellas eran doradas y quien las comía adquiría el don de la inmortalidad) tras ser destripado, su sangre regó el suelo y así creció un árbol nuevo.

Los primeros dragones eran algo así como aves divinas, pero en un relieve encontrado junto a un poema asirio-babilónico ese dragón llamado con su nombre femenino era Enuma Elishse. Ella se parece más a una serpiente alada.

Para la mitología persa, Ahriman era un ser maléfico similar a Lucifer el cual creó al dragón más malvado de la humanidad llamado Azhi Dahak.

En la cultura tradicional china el dragón ocupa un lugar de preponderancia, si lo vemos de esta forma es el único animal imaginario que forma parte de su horóscopo. Las leyendas chinas atribuyen a estos seres míticos el poder de dar inicio, en épocas remotas, a los relámpagos y truenos. Con el paso del tiempo su imagen mutó producto de la fusión de tótem con cabeza de caballo, bigotes de gato, garras de águila, cuerpo de serpiente recubierto de escamas de pez y cuernos de ciervo. Ellos están asociados al respeto y la benevolencia.

Hoy sabemos que el hombre ha atribuido a las criaturas mitológicas sus temores y deseos. Quizás por ello inventamos a los dragones. Así los creamos para dar explicación a lo inentendible. Un ser de cuerpo escamado que lanza fuego por la boca, con ojos hipnóticos y mirada aterradora. Ellos nos han acompañado en el camino de nuestra evolución. Se han representado en lienzos, esculturas talladas, porcelanas y hasta se dibujan en la bandera de Bután. Aunque también han llegado a ser un éxito en el cine y la televisión.

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