Profesional de enseñanza primaria. Docente en contextos de encierro. Representante docente JCyD. Directora jubilada.

El sueño revelador del patriarca Abraham traía un mensaje de Dios y este era “Sodoma y Gomorra serán destruidos sin misericordia”. Fuego y azufre terminarían con el pecado.

El 9 de julio del año 1968 el Doctor en Etología (ciencia que comprende el estudio del comportamiento, palabra griega ethos, de las especies animales, incluido el hombre) John Bumpass Calhoun (11 de mayo de 1917, Tennessee, Estados Unidos- 7 de septiembre de 1995, Nuevo Hampshire, Estados Unidos) creó un mundo ideal para ratones, pronto la superpoblación lo convertiría en la ciudad del pecado. La sobresaturación llevó al colapso. Aunque nació como un “mundo feliz”. 

La ciudad tenía doscientos cincuenta metros cuadrados y todas las condiciones para que se diera la reproducción de los roedores. El año 1962 lo encontró en la primera etapa de su experimento, cuando sus publicaciones llegaron a ser conocidas popularmente la analogía con la conducta humana fue creciendo en el imaginario popular.

El segundo paraíso ratonil fue más amplio y confortable, un total de doscientas cincuenta y seis cajas interconectadas otorgaban un amplio espacio a los quince ratones de élite, libres de enfermedades. Es verdad que en un principio la población crecía como se esperaba en forma de meseta. Pronto serían seiscientos veinte. Así se desataba un infierno. Luchas de poder, canibalismo, incesto y todos los pecados imaginables. Los problemas surgían cada día. La estructura social de los ratones se desmoronó, la competencia por el espacio, el agua y la comida se volvió letal, es verdad que se  encontraban en ausencia de depredadores. Cuando llegó la crisis las madres abandonaron a sus crías y los individuos se aislaron. Seiscientos días marcaron el punto final y mostraron el colapso. Parece que contar con agua, comida e inexistencia de depredadores no era ese esperado paraíso. 

Haciendo historia cuando nacía la década de los sesenta algo ocupaba todo el tiempo dentro de las investigaciones de los sociólogos, antropólogos y economistas: la superpoblación humana. Jugar a ser un dios muchas veces trae la visión de un futuro apocalíptico. En aquella época se creía que la población crecería en el mundo de manera desproporcionada, sin pensar en la generación de recursos. Vemos hoy que algunos continentes son más añosos, debido al aumento de la esperanza de vida y niveles más bajos de natalidad, mientras que en otros la tasa de nacimientos sube paulatinamente. Un informe reciente de las Naciones Unidas estima que para el año 2050 la población mundial será de dos mil millones de personas.

Hoy podemos pensar que todo aquello ocupó tiempo y recursos en las investigaciones, sin embargo parece ser una distopía aterradora que no fue ni será.

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