Profesional de enseñanza primaria. Docente en contextos de encierro. Representante docente JCyD. Directora jubilada.

La palabra literatura proviene del latín littera (letra) y significa: conjunto de grafías con las que se escribe una lengua y más ampliamente se corresponde con lo términos escritura y escrito. Los romanos llamaron litterate (letras) a los “escritos bellos o ingeniosos”.

La literatura es en sentido y esencia estéticamente atravesada por el lenguaje. Ello la hace especial, tanto es así que algunas obras califican como clásicas y resultan inolvidables ante nuestra mente y nuestro espíritu. Así existen textos literarios que han dado vida a obras de arte que le rinden homenaje.

La loca fiesta del té (Mad Tea Party) de Salvador Dalí. Allá por la década del sesenta un editor de Random House fue el encargado de proponer a Salvador Dalí la ilustración de una edición especial del libro de Lewis Carroll de “Alicia en el País de las Maravillas” (1865). Esta loca litografía singularizada por su imaginación surrealista se adapta a las características descriptas en la famosa novela. Sus ilustraciones coloridas dieron marco a la edición del año 1969 de Maecenas Press-Random House de New York. El trabajo fue constituido por doce grabados en los cuales priman los colores contrastantes, la imagen de Alicia saltando a la soga, los típicos y originales “relojes blandos” de Dalí y la diversidad de sus presentaciones. Es conocido que Salvador Dalí también creó pinturas memorables y reconocidas en el mundo entero como Metamorfosis de Narciso. Aquí buscó inspirarse en la historia mitológica de Narciso la cual se encuentra actualmente expuesta en la Galería Tate de Londres.

Pero su devoción por la teogonía (relato que explica el nacimiento de los dioses y sus relaciones en las religiones politeístas) lo alentó a pintar Tristán e Isolda en el año 1944, con el fin de crear la escenografía de una pieza de ballet, tres años antes ya había puesto sus ojos en esta obra.

La muerte de Ofelia de Sir John Everett Millais, también se encuentra expuesta en la Galería Tate de la ciudad de Londres. Este óleo sobre lienzo muestra la muerte de Ofelia, uno de los personajes de Hamlet de William Sheakespeare. Ofelia, según cuenta el texto, se ahogó en la cristalina corriente del arroyo “con un sauce”. Quizás por ello el grado de detalle de la pintura que representa con gran intensidad y fuerza la escena. El cuerpo inerte, empapado, la boca abierta buscando aire, expirando vida, los ojos abiertos y las ropas flotando dan marco al suceso meticuloso, pero tétrico.

Don Quijote de Pablo Picasso. Este pintor realizó en agosto de 1955 un dibujo (a la aguada) sobre papel que se ha convertido en el símbolo de “El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha”, novela de Miguel de Cervantes. Esta ilustración además representa la “marca España” la cual ha promovido la cultura ibérica en el exterior. Pierre Daix, amigo de Pablo Picasso le pidió un dibujo para la revista Les Lettres Francaises en homenaje al aniversario número trescientos cincuenta de la publicación de Don Quijote. El pintor tuvo un destello de inspiración y lo creó en el momento de la propuesta.

Es verdad que no solo Pablo Picasso representó al Quijote, también lo hizo el pintor francés André Masson (1896-1987) en “Las Cortes de la Muerte”. Pero las primeras representaciones del ingenioso Hidalgo se remontan al año 1618 de la mano de Lagniet y los hermanos Le Nain. El caballero y su armadura, su figura espectral, la imagen de su fiel amigo Sancho Panza, la representación del asno y la tristeza de Rocinante componen el lienzo.

Todas obras de excelencia. Creadas por pintores y escritores con mérito propio. Seres notables que trascendieron el tiempo.

“Cuando era pequeño mi madre decía: si te haces soldado, llegarás a General, si te haces cura llegarás a Papa. Yo quería ser pintor y he llegado a Picasso”.

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