Profesional de enseñanza primaria. Docente en contextos de encierro. Representante docente JCyD. Directora jubilada.

Seguramente todos contamos con nuestros libros favoritos. Cada uno de ellos nos transporta a un momento o una etapa diferente de nuestras vidas. Pero es una triste verdad que resulta humanamente imposible leer todos los libros que existen.

Muy a pesar nuestro existen textos que han sido perdidos por diversas causas.

 Gabriel García Márquez dejó de lado, olvidó y luego encontró en un cajón de su casa varios cuentos que había creado sazonados de realismo mágico. Era el nacimiento de “Doce cuentos peregrinos”. Doce porque esa cantidad seleccionó el propio Gabo, peregrinos porque anduvieron por mas de quince años dando vueltas por su hogar sin ver la luz de la edición.

El borrador del clásico de la literatura moderna “Dr. Jekyll y Mr. Hyde” de Robert Louis Stevenson parece ser que no fue el que finalmente se publicó.

El autor inglés escribió mas de treinta mil palabras en tan solo tres días. La inspiración llegó como una fuerte oleada, aunque la historia se cuestionaría este proceso y diría que no apareció de manera tan espontánea.

Stevenson le dio este borrador a su esposa Fanny, a los fines de obtener una opinión cercana. Ella le sugirió que cambiara la historia ya que la consideraba “algo promiscua”. Así el original terminó en la chimenea.

Años mas tarde reescribiría el libro. Este conservaría la idea original, la ambivalencia entre el bien y el mal conviviendo dentro de un mismo envase, pero esta nueva versión sería mas edulcorada.

Ernest Hemingway participó como chofer de ambulancia de la Primera Gran Guerra, en el frente italiano.

En 1922, su esposa Hadley guardó prolijamente todos sus manuscritos en una valija. Ella iba de Paris a Suiza a encontrarse con su esposo. Pero la valija jamás llegó. Desapareció en el tren. Años después Hemingway se divorciaría de Hadley. Nunca conoceremos sus primeras obras, no sabemos si gracias a un descuido de la compañía de trenes o a su ex.

Se cree que Homero fue el autor de “Margites”, allá por el siglo VI a.C., en la antigua Grecia. Solo fragmentos de este poema han aparecido en algunos yacimientos egipcios que datan de la época romana. Esos papiros cuentan como “Margites” era un poema que hablaba con ironía de la propia literatura de Homero y de su obra mas conocida, “La Ilíada” y “La Odisea”, pero nunca apareció su autocrítica completa.

En una oportunidad, hablamos de Sylvia Plath y “La campana de cristal”, publicada en 1963. Ella había dejado un manuscrito sin finalizar producido antes del 11 de febrero de 1963 cuando se quitó la vida. Aquellos, quienes tuvieron el placer de dar lectura a los borradores de lo que hubiera sido el libro “Doble exposición” afirmaron que se trataba de un texto de carácter autobiográfico. Su ex esposo, Ted Hughes confesó haber quemado un diario íntimo de la escritora; con el fin que sus hijos no se enteraran de los pensamientos mas profundos de ella. Pero en relación al borrador dijo que la madre de Plath (su suegra) lo había robado.

En realidad el primer interesado que este libro no llegara a la calle era él. Se sabe con certeza que el manuscrito hablaba de la doble vida de un hombre. Poco tiempo antes del suicidio de la escritora, ella había descubierto la infidelidad de su esposo, a causa de ello se separaron.

Sin duda hay infinita cantidad de libros que no hemos leído y otros tantos no leeremos jamás. Algunos se han perdido de manera voluntaria o no. Otros encierran secretos inconfesables por ello el fuego ha sido un gran aliado. 

Amores escondidos por tiempo largo,si en tragedia no acaban será milagro.”

Francisco Rodríguez Marín (1855-1943, España).

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