Director del Observatorio de Políticas para la Economía Nacional (OPEN). Fueguino

El Banco Central, en su tradicional informe de Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) para junio, dio a conocer los resultados que esperan analistas y consultores sobre el desempeño de las principales variables económicas de nuestro país. Respecto a inflación, tasa de interés y tipo de cambio no se han visto grandes variaciones en los valores esperados para este año y el siguiente, en relación a informes de meses anteriores. Sin embargo, es en el nivel de actividad en donde las expectativas comienzan a desmejorar, producto del contexto que vivimos.

Es así que se prevé para 2020 una caída del 12%, 2,6 puntos más que en el mes pasado (9,4%), el cual se encontraba en consonancia con el informe del FMI que vaticinaba una debacle del 9,9%. Incluso, los analistas mejores rankeados según el BCRA estiman una merma del 12,9%. Así también se espera que el crecimiento en 2021 sea levemente mayor al esperado en el anterior informe, llegando al 5%, lo cual implicaría una especie de efecto rebote pequeño que no compensaría de ninguna forma la baja para este año. En el siguiente grafico se pueden observar dichos datos. Es importante notar como fueron descendiendo de forma súbita las proyecciones económicas para este 2020 a partir de la evolución del covid-19 y la consecuente cuarentena obligatoria. Más allá de esto, se espera que, a en el tercer y cuarto trimestre de este año, la situación producida por la pandemia del coronavirus comience a desandarse, con tasas de crecimiento del 6,9% y 6,1%, respectivamente. 

Es probable que la confianza establecida en la recuperación a partir del tercer trimestre se encuentre sobreestimada debido a que aún no hemos llegado a aplanar la curva de contagios por covid-19, lo cual puede vaticinar que la cuarentena se podría llegar a seguir extendiendo en las grandes urbes de nuestro país, con un efecto adverso para la macroeconomía. Estas buenas proyecciones, sin embargo, pueden tener un sustento en la vuelta a una situación de normalidad en buena parte del país y a que, incluso en las grandes ciudades, muchas actividades productivas han vuelto al ruedo con protocolos sanitarios estrictos. Es decir, es poco probable un esquema en donde la producción tenga más restricciones que en los primeros tres meses de cuarentena.

La situación de nuestro país, obviamente, no se encuentra por fuera del contexto mundial y regional. Según la actualización de las perspectivas de la economía mundial, publicada por el Fondo Monetario Internacional, la economía global caerá en 2020 un 4,9%, siendo las zonas del Euro y América Latina las más perjudicadas por esta pandemia con bajas del 10,2% y 9,4% respectivamente. Por citar dos ejemplos, para nuestra región, Brasil y México tendrán fuertes retracciones en sus economías, siendo estas de un 9,1% y 10,5%.

Fuente: Fondo Monetario Internacional

Donde se desata la preocupación es en el hecho de que nuestro país se encuentra dentro de los peores rendimientos en una de las regiones con peores resultados por esta crisis. Es inevitable pensar en el hecho de que nuestra macroeconomía ya venía muy golpeada en los últimos años y que los próximos años pueden ser complejos si a esto se le suman más complicaciones en el frente internacional con la deuda externa.

En este último aspecto, el Fondo Monetario Internacional recomendó una serie de medidas para la post pandemia, entre las cuales se encuentra la cooperación multilateral en temas vinculados a la disponibilidad de liquidez de respaldo (dinero) para los países más afectados en términos sanitarios y sin acceso al mercado internacional, a través de la red mundial de seguridad financiera. Por otro lado, la generación de reservas internacionales de insumos y equipo esencial es fundamental para enfrentar un posible rebrote o una nueva crisis sanitaria, lo cual sería más devastador aun para las economías del mundo y sobretodo de nuestra región.

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