Director del Observatorio de Políticas para la Economía Nacional (OPEN). Fueguino

En el marco de la pandemia que azota al mundo, los efectos de la contracción económica son cada vez más ineludibles y palpables para toda la población trabajadora. Nuestro país, como bien sabemos, tiene una profunda (y negativa) particularidad en su estructura económica: la informalidad laboral. Este fenómeno viene creciendo desde hace décadas como consecuencia, en primer lugar, de la evolución de la forma en la que el capitalismo se estructura no solo a nivel nacional sino mundial, con mayores grados de flexibilización y perdida de pisos de derechos en los sectores no profesionalizados del mercado laboral. En segundo lugar, las sucesivas crisis económicas por las que atraviesa nuestro país, han expulsado a miles de personas de empleos formales. Cada recesión agrega mayores capas de informalidad laboral, lo cual lo convierte en una problemática estructural que flagela nuestra economía.

Como venimos observando, los países que tienen este tipo de falencias estructurales adolecen de fuertes complicaciones para mantener vivo el aparato productivo en crisis agudas como estas. Por otro lado, la clásica receta de impulsar la demanda para superar el bajón en la actividad puede ser un arma de doble filo ya que “prender” la producción justamente va en contra de la idea de quedarse en casa para resguardar la salud. Más allá de esto, remarco que desde mi punto de vista no existe la dicotomía entre lo sanitario y lo económico, dado que no cuidar la salud de la población puede tener efectos más devastadores aun sobre la actividad de nuestro país.

En este marco, excepcionalmente complejo, quizás inédito, el gobierno nacional ha buscado mediante distintas transferencias económicas mantener contenida la situación. El sector compuesto por los monotributistas y autónomos, es claramente un sector sumamente golpeado cuando hay caída de la actividad, dado que dependen puramente de la misma. Por ello, y más allá de que existió durante el mes de abril el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia), AFIP lanzó una línea de Créditos a Tasa Cero para que aquellos que estén pasando dificultades económicas, puedan acceder a préstamos sin costo vía interés. 

El mismo se podrá tramitar a partir del 4-5 hasta el 29-5 con la clave fiscal en la web de AFIP, suministrando los siguientes datos:

  • Importe del crédito que solicita.
  • Número de la tarjeta de crédito bancaria a ser utilizada para esta operatoria.
  • En caso de no poseer tarjeta de crédito bancaria, informar la entidad bancaria de su elección para la tramitación del crédito correspondiente.

Obviamente existen una serie de criterios a cumplir, entre los cuales se encuentran no haber sido beneficiados con el IFE u otro tipo de ayuda estatal y no poseer ingresos por relación de dependencia o por jubilación, entre otros. La idea bajo estos requisitos es poder llegar a personas que se encuentran en dificultades pero que aún no han recibido una ayuda del estado.

Está más que claro que el gobierno está quemando naves para poder sostener una situación que pone en peligro real la capacidad productiva en general. Cuando el mundo logre comenzar a normalizar su funcionamiento y retomar sus flujos comerciales será menester poder reaccionar a tiempo y retomar rápidamente la actividad por muchos motivos. Si nuestras fuerzas productivas se encuentran quebradas, será imposible volver a empezar como si nada hubiera pasado. Como toda crisis, además de su magnitud hay que evaluar los posibles efectos a posteriori de la misma para tomar total dimensión de sus implicancias. 

Para finalizar, es evidente que no alcanzará con los esfuerzos de los estados nacionales para poder ordenar esta situación global. Como señalé previamente, esta crisis seguramente ameritará reformas impositivas para recaudar en sectores donde hay importante una acumulación de riqueza que no se encuentra en movimiento, pero dado que esta riqueza se encuentra concentrada de forma asimétrica en el mundo, deberán crearse mecanismos de solidaridad entre los distintos países para poder salir adelante. Es por esto que un fondo global solidario a disposición de las distintas naciones debería ser una alternativa para superar mundialmente esta situación.

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