Profesional de enseñanza primaria. Docente en contextos de encierro. Representante docente JCyD. Directora jubilada.

Desde las épocas más distantes la humanidad ha buscado incansablemente comprender la dinámica de la naturaleza y su fin último: la muerte. Ella ha transitado por los caminos de la curiosidad, la ilusión del comienzo de un suceso nuevo. Una etapa fenece y del expirar aflora una flamante oportunidad de renacer.

Así el hombre del romanticismo no teme a la muerte, sino que aparece en su literatura como un pilar de su pensamiento. Los temas románticos corren entre el egocentrismo, “la libertad como forma de arte” y la idealización de la creatividad.

Es dable destacar que no solo se presentó como movimiento artístico dentro de la literatura sino que también tuvo gran repercusión en la pintura (en ambos casos hacia finales del siglo XVII).

Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) ha sido de los más representativos de este movimiento. “Rimas y Leyendas” abarca su obra narrativa y poética. Quizás son el perfecto ejemplo del sentimiento romántico del poeta. Se despoja de su propia vida a los pies de su amada.

Víctor Hugo (1802- 1885) fue uno de los autores románticos más importantes de Francia. Su libro “Los Miserables” amalgamó su compromiso social y el sentimiento romántico, esperanzados en lo que transcurría por Europa.

Alejandro Dumas (1802-1870) se unía a la cruzada francesa con “Los Tres Mosqueteros” y “El Conde de Montecristo”.

Pero no todo acontecía cerca de la ciudad de las luces, el corazón de Rusia también fue hechizado por el período romántico. Alejandro Pushkin (1799-1837) hacía germinar la literatura rusa moderna. El alma del pueblo vaga entre la sátira, el romance y el drama. Su obra será la semilla que de frutos a través de la novela psicológica de Fedor Dostoyevski.

Al sur del mundo Esteban Echeverría (1805-1851) escribió primero “Elvira o la novia del Plata” y posteriormente “El Matadero”.

José Mármol (1817-1871) fue otro destacado miembro de la generación del 37 (su obra más popular fue “Amalia” la cual se convirtió en un duro discurso anti-rosista) junto a Pedro Bonifacio Palacios, Almafuerte (1854-1917) y Carlos Guido Spano (1827-1918).

Así este movimiento artístico nacido en Alemania y el Reino Unido durante las últimas décadas del siglo XVIII era señalado por colocar el acento en el sentir del hombre y su alma. 

Comprendieron que la razón de la ilustración y el Neoclasicismo no eran suficientes para explicar la dura realidad que los rodeaba.

La Revolución Francesa con su libertad, igualdad y fraternidad había llegado para inspirar no solo ideas, sino revalorizar la personalidad individual que derrotaría al despotismo.

En definitiva fue mucho mas que un movimiento, fue la sumatoria de la intuición, la imaginación, la evasión y el instinto creador.

Rima XXXV de Gustavo Adolfo Bécquer (Nació en Sevilla en 1836 y falleció en Madrid en 1870)

“¡No me admiró tu olvido! Aunque de un día,

me admiró tu cariño mucho más;

porque lo que hay en mí que vale algo,

eso…ni lo pudiste sospechar”.

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