Licenciado en Estudios Orientales. Posgrado en Negocios y Comercio de Asia Pacífico e India. Política Internacional; extremismo religioso.

 

En el día de ayer se volvió a repetir un evento que ya parece constante a esta altura: el dólar se disparó 7,5% y cerró la jornada en 34,48. En lo que va del año el peso ronda un 70% de devaluación, las acciones de empresas argentinas en Wall Street se desplomaron y ya se nos acerca otra ronda de aumentos al inicio de septiembre con el transporte (en la Capital) y el combustible. El escenario no es bueno.

En esta ocasión no se le puede echar la culpa a la lira turca, a los bonos americanos o alguna declaración incendiaria de Trump. El lunes ya había comenzado a dispararse el dólar pero fue después del breve mensaje del presidente de la Nación, Mauricio Macri, que los mercados salieron a contestarle. El FMI expresando inconformidad con las medidas aplicadas y pensando en elaborar una nueva declaración conjunta más un nulo mensaje desde la Rosada llevaron a que las expectativas para lo que resta del año y 2019 no mejoren. Que adelanten plata no es buena señal. Tampoco es que un mensaje alentador hubiese calmado las aguas ya agitadas; pero al menos un indicio de un plan económico alcanzaba.

Los principales afectados, provincias y por consecuencia municipios, de seguro verán que el nuevo ajuste tiene un impacto directo en el tamaño de sus arcas en el presupuesto próximo. Si hacemos un repaso se ha recortado en el sistema previsional, se han aumentado impuestos a los productores (o retirado beneficios como el reintegro a las exportaciones) y la quita de dinero para infraestructura en el ya mencionado Fondo Federal Solidario. No obstante de recibir recortes en todas las áreas (educación, cultura, ciencia y tecnología) podríamos decir que los tres anteriores impactan de forma directa la recaudación al corto plazo.

Las perspectivas no mejoran; no porque la situación sea irreversible sino por un doble problema de Cambiemos: no han acertado hasta ahora los diagnósticos sobre el problema real y con las medidas de recorte tomadas las metas de reducción de los déficit gemelos (fiscal y comercial) no es visible. Los que se fueron (que tampoco hicieron mucho) como Prat-Gay y Melconian pasean por los medios haciendo listado de los fracasos recientes, lo cual genera más desconfianza.

Hoy por la tarde el ministro Dujovne tampoco dió certezas en sus declaraciones y se limitó a mencionar que están encima del problema. Cada vez que una corrida cambiaria inicia parece que el Banco Central y el Gobierno Nacional llegan tarde, sacrifican reservas y credibilidad pero no obtienen resultados tangibles.

Será en septiembre que Macri visite los Estados Unidos a fin de mantener reuniones con el FMI, así como visitar a los principales inversores y operadores financieros en Wall Street. Esto es parte de la gira típica del inicio de la Asamblea de las Naciones Unidas. Lo cierto es que sin saber el plan de juego del ejecutivo los mercados no mostrarán intención de calmarse. Hoy más que si el plan puede ser mejor o peor lo que se necesita es que exista. Los representantes provinciales y municipales visitan a antiguos candidatos (Massa) o a los nuevos en busca de proyectos.

El período de “luna de miel” terminó hace rato entre gobierno y los agentes financieros y económicos que se encuentran el territorio. Será menester del equipo económico elaborar un plan integral para revertir la situación actual y encontrar formas adecuadas de comunicarlo al pueblo.

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