Periodista de Tierra del Fuego.

El Concejal Ricardo Garramuño eligió una carta abierta en redes sociales para plantear varios temas, en especial sobre la condecoración al ex-presidente de Bolivia Evo Morales por parte de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego con el titulo de Honoris Causa.

De esta manera Garramuño, aprovechó para sostener que “desde el oficialismo no se piensa en las urbanizaciones, llevando para llevar los servicios, mejorando el tránsito y la fluidez, generando las condiciones para la actividad económica y la creciente calidad de vida, así como proteger el ecosistema y el entorno natural y todo pasa por el relato.”

En otro orden de cosas el edil consideró “Ushuaia está sucia, está rota, tiene problemas graves en materia de construcción ciudadana y el ejecutivo está más preocupado por construir el dogma bolivariano que por llevar agua y cloaca a la urbanización San Martín, o por solucionar el problema de los residuos”. “La agenda oficial está constituida por fotos con aliados políticos, declaraciones rimbombantes y cada vez más privilegios para los amigos del poder”.

Garramuño también criticó “las reiteradas referencias al intendente como “el mejor de la historia” por parte del sector político mayoritario; dejando afuera de la historia de nuestra ciudad no solo a mi querido viejo, sino también a Vicente Padin, a Restovich, o a Pérez Quintana. Claro que ni los conocen”.

Carta abierta 

El doctorado Honoris Causa a Morales es parte de la construcción de un relato.

Hace días me interrogan acerca de la condecoración al Ex Presidente de Bolivia.

Consideré apropiado esperar el curso de los acontecimientos con especial interés por las declaraciones de los referentes políticos locales.

Es necesario que considere en primer lugar la cuestión ideológica, con la que lógicamente difiero.

Evo Morales cometió un fraude probado por los observadores de la OEA a través de manipulación de actas, falsificación de firmas y desvió de flujo de datos de resultados a servidores ocultos al Tribunal electoral, información nada desdeñable para quienes dicen, defender la democracia.

¿Qué hubiese sucedido si esto hubiese ocurrido en dirección opuesta la ideología política con la que comulgan? La respuesta es imaginable: Se hubiese denunciado, de igual manera, un golpe de estado. 

Es justo convenir, entonces, que el árbitro juega para un equipo.

En segundo lugar, considero que vivimos un tiempo político de grandes gestos y pocos hechos. Comencé mi derrotero político creyendo que los distintos estamentos públicos tienen funciones, y lógicamente una visión política rectora, pero principalmente funciones. En la municipalidad, esas funciones son urbanizar con todo lo que ello implica, llevando allí los servicios, mejorar el tránsito y la fluidez, generar las condiciones para la actividad económica y la creciente calidad de vida, así como proteger el ecosistema y el entorno natural. Hoy, esas cosas cumplen un papel minoritario en la vida municipal. Es el tiempo de construcciones de relatos que perduren en el tiempo a través de la mentira sistemática en lugar de poner el estado al servicio del vecino. 

Desde el oficialismo aseguran que criticar la decisión de la UNTDF es una falta de respeto a la autonomía y a las bases democráticas, a la vez que defienden que un embajador se siente como diputado en una sesión y que utilizan el Concejo Deliberante como escribanía. Es por estas cosas que creo que si este momento histórico tuviera un nombre, sería el del “relato”. Del bien o mal, dependiendo quien lo lleve a cabo. El doctorado Honoris Causa es parte de la construcción de ese relato, como también lo son las reiteradas referencias al intendente como “el mejor de la historia” por parte del sector político mayoritario; dejando afuera de la historia de nuestra ciudad no solo a mi querido viejo, sino también a Vicente Padin, a Restovich, o a Pérez Quintana. Claro que ni los conocen.

Sugerir que Estados Unidos es el cuco en el que residen todos nuestros pesares es también parte de este tiempo histórico de mediocridad, buscando responsables para no hacernos cargo de nuestra impericia.

Si querían mi opinión, es esta. Una carta abierta desesperanzada por saberse en minoría, pero con la convicción intacta. Estamos ante un gobierno que apela a la mitología para construir una realidad que no existe. 

cen materia de construcción ciudadana y el ejecutivo está más preocupado por construir el dogma bolivariano que por llevar agua y cloaca a la urbanización San Martín, o por solucionar el problema de los residuos. La agenda oficial está constituida por fotos con aliados políticos, declaraciones rimbombantes y cada vez más privilegios para los amigos del poder.

Quienes lo conforman son los partidarios de que a las Malvinas se las recupera con palabras, en sillones grandes y comités aún mayores. Devotos de un estado de proporciones titánicas que invade hasta el último rincón de la vida privada, siempre para beneficio de una serie de funcionarios.

No me interesa que mi opinión sea la mayoritaria, me alcanza con que simplemente sea la mía, aunque eso signifique no ser elegido nunca más.

Por tal motivo agradezco a quienes me eligieron, sé que piensan como yo.

A ellos, mi eterno cariño.

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