Periodista de Tierra del Fuego.

El tema de la “Eco Tasa” no es algo nuevo en Ushuaia. Bajo otros nombres, la idea de un gravamen al turismo para hacer frente a la inversión en infraestructura apareció a través de distintos interlocutores siempre con el mismo objetivo: fortalecer las arcas municipales sin recaer sobre el bolsillo del vecino y la vecina.

Actualmente, el Concejo Deliberante de la Ciudad de Ushuaia atraviesa quizás el punto más avanzado de la discusión sobre la tasa, con visitas a la comisión de Calidad de Vida y Turismo por parte de las Cámaras de Turismo, de Comercio, Hotelera y la Asociación de Hoteles de Turismo. El proyecto del oficialismo, según cuentan por los pasillos del Concejo, todavía no tendría los votos para volverse una realidad en la sesión de este jueves. No obstante, el momento parece oportuno para contar cómo funciona el sistema, dónde se aplica con éxito y que podríamos esperar si es implementado.

La iniciativa del ejecutivo municipal propone lo siguiente: una tasa equivalente a 5 Unidades Fijas a Aplicar, que hasta junio equivalen a $338 por día, extendiéndose a un máximo de 3 días. Es decir, el o la turista, pagaría algo de $1.690 por día, con un máximo de $5.070 por estadía. Este dinero recaudado iría a un Fondo Específico, que tendría como objetivo obras para consolidar y fortalecer a Ushuaia como destino turismo de posicionamiento internacional, yendo 10% de lo recaudado a la Agencia de Desarrollo Ushuaia, que tiene a su cargo las tareas de promoción del mismo.

Si miramos las declaraciones de algunos concejales oficialistas, Nicolás Pelloli por ejemplo, explicó que el cobro estará a cargo del Ejecutivo, quedando por definirse la metodología en la reglamentación de la ordenanza. En esa misma línea, se determinaría las obras o servicios específicos. En esa misma línea, el edil recalcó que la Municipalidad ya hace frente a la recolección de residuos, trabajos viales en el casco histórico, cartelería y otras obras con el objetivo de posicionar a la ciudad como destino turístico. La realidad es que en la ciudad habitan 80.000 personas, mientras que los servicios son usados por más de 400.000 en temporada: no hay forma que los recursos alcancen si cada ushuaiense pone de su bolsillo para cubrir solo el 20% de la cuenta.

Esta dicotomía de reducir el servicio o aumentar los costos que atraviesa la gestión del intendente Walter Vuoto no es nueva: en las principales capitales europeas, buena parte del Sudeste Asiático y hasta en Estados Unidos se implementaron, con distintas mecánicas, gravámenes que alcanzan a los visitantes. La City Tax aplica en Lisboa con 1 euro por día y por persona, en Praga es de 50 céntimos, en Grecia puede alcanzar los 4 euros en una escala progresiva según el tipo de alojamiento y, porque sinceramente es más sencillo, Berlín y Ámsterdam cobran el 5% del precio por estadía o por noche respectivamente. En el caso norteamericano el impuesto llega con un formulario y se recauda de forma federal, Filipinas cobra un cargo por excursiones y por uso del aeropuerto y Japón cobra alrededor de un dólar. En el caso nacional, ya se ha hablado largo y tendido del caso Bariloche que lo implementó por 2017.

En la ciudad, la discusión no pasa por si el impuesto está bien o mal, sino por determinar el destino de los fondos. El sector privado pide mayores precisiones con respecto a qué obras abarcaría el mismo, mientras que la oposición sumó a las inquietudes la metodología de pago del mismo.

Si bien el proyecto aún cuenta con instancias de debate y modificaciones previo a su salida de la comisión para ser votado, la dirección del mismo parece la correcta. Hay una necesidad de recursos para cubrir las necesidades de infraestructura de la ciudad, algo que se exacerba con la crisis a nivel nacional y el “no hay plata” del presidente Milei. Para sostener la inversión necesaria para ser competitivos a nivel turístico, es imposible recaer sobre el contribuyente y al turismo, principalmente el extranjero, la suma de 5 dólares como tope por estadía representa poco y nada. Para el municipio, puede ser la diferencia para, por ejemplo, revitalizar la zona costera.

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