“Las uvas de la ira” es un libro escrito por John Steinbeck (California, Estados Unidos 1902, Nueva York, Estados Unidos 1968). Quizás tenga la categoría de libro político, aunque ese género, sub género o clasificación no exista realmente en el mundo literario. Algunos lo interpretaron así ya que fue prohibido, sometido a una quema pública y encasillado dentro de lo “libros rojos” o comunistas. Lo cierto es que su autor no era un improvisado a la hora de describir situaciones y personajes que se encontraban inmersos en las crisis económicas. En 1936 John Steinbeck ya había publicado en un diario de San Francisco las crónicas que contaban los tiempos de la Gran Depresión (marcaron el inicio hacia la situación de crisis de 1929-1933 en Estados Unidos) su recopilación daría origen al libro “Los vagabundos de la cosecha”.
En “Las uvas de la ira “los Joad” (una familia de granjeros) luchan para salir de las necesidades en que los ha sumido la crisis económica. El éxodo comienza por la mítica ruta 66 que los apartará de Oklahoma y los llevará a la tierra prometida, California.
El Banco se ha quedado con todo, hay que abandonar el hogar y mal vender las pertenencias. La sequía era incesante y el ingreso de los tractores disminuía la cantidad de mano de obra.
Tom, el segundo hijo de la familia, regresará dentro de un régimen de libertad condicional (ha permanecido preso durante cuatro años, una pelea que se transformó en un homicidio).
Una vieja camioneta (la cual “camina como una tortuga” según Steinbeck) hace que el viaje se aletargue. Las promesas de buenas ocupaciones y de llegar a un mejor lugar se diluyen al ver miles de desplazados que caminan juntos y aceptan trabajos precarios, tenían la necesidad de hacerlo y eran hacinados en campamentos donde pasaban hambre. En contrapartida los productores destruían enormes cantidades de fruta solo para presionar ante la baja de los precios.
Cuando Tom Joad llegó a su casa, la granja se veía como una verdadera ruina. Parientes y amigos también se preparaban para el éxodo. Pocos eran lo que permanecían entre el polvo y la pobreza.
Ma Joad era la joya de la familia, capaz de convertir de la nada unas papas en un majar para todos. Su filosofía positiva empujaba al grupo hacia adelante.
Jim Casy era un predicador expulsado de su propia iglesia; ya no cree en ella y persigue la justicia del pueblo. El borracho del clan es infaltable en este tipo de novelas y como si fuera poco, lleva el peso de la muerte de su esposa.
Al Joad es un amante del amor y de la camioneta familiar. Gracias a él se mantiene en movimiento, lento es verdad, pero funcional a la migración.
Rosasharn Joad Rivers se muestra como el símbolo de la mujer- madre, aunque su hijo no podrá continuar junto a ella.
De los trece personajes que inician el viaje solo seis llegarán al final de este. Claro que no todas son muertes físicas, otras vendrán, quizás las peores, esas que son de carácter espiritual. Pocos verán como se bifurcan los caminos.
A pesar de todas las situaciones este peregrinaje está cargado de esperanza, pero también de actos de humanidad.
Esta historia social fue Premio Pulitzer en el año 1940.
“En los ojos de los hambrientos hay una ira creciente. En el alma de las personas, las uvas de la ira se están llenando y vuelven pesadas, (…) listas para la vendimia…” decía Tom Joad en “Las uvas de la ira” de John Steinbeck.
