Periodista de Tierra del Fuego.

El Movimiento Popular Fueguino, un pedazo de la historia política de la Provincia, atraviesa un momento extraño en lo que refiere a identidad ideológica y eso se refleja en la gran fragmentación que sufre dentro de sus filas. Con cuadros políticos en listas de FORJA y Más Ushuaia, además de la propia, y otros que han migrado a las pasturas opositoras de Juntos por el Cambio. ¿A qué se debe esta fuga de cuadros políticos en el Movimiento?.

La elección de Convencionales Constituyentes no es un proceso electoral menor. Las y los 14 constituyentes electos tendrán a su cargo delinear prácticamente una nueva Carta Magna, pensando en los desafíos del futuro y las demandas sociales que los actores políticos reclaman hace años. Podríamos decir, que para el futuro de Ushuaia, es una especie de “madre de todas las batallas”. ¿Cómo será la Ushuaia del 2050? En buena parte, la respuesta vendrá de cómo se articulen las nuevas iniciativas y propuestas en la Convencional Constituyente.

Entonces, resulta un poco extraña esta fragmentación, casi balcánica, que adolece el MPF. Por un lado encontramos el espacio oficial, la vieja y querida lista 54, que tendrá a Mónica Urquiza, vicegobernador y parte del Ejecutivo Provincial, el legislador Pablo Villegas, Mónica Ojeda y “Wily” Querciali, presidente del InFueTur. Si bien son los oficiales, lejos están de congregar a todos los cuadros mopofistas.

En la lista de FORJA, nos encontramos con Fernando Oyarzún, que no obstante de su juventud, tiene impreso el ADN mopofista de su padre Juan Carlos, histórico si los hay en el espacio. Acompañando su figura aparecen nombres que quizás son más rememorados por los más grandes: Ruggero Preto y Carlos Pérez. A pesar de ser parte de la misma alianza política, parece que no existió un consenso que permita integrar a Oyarzún a la lista de Urquiza, algo que le podría vale al espacio de la vicegobernadora concentrar a las y los afiliados del Movimiento.

En Más Ushuaia, el espacio oficialista compuesto por un verdadero batallón de espacios políticos, aparece el nombre de Marcos Lugones. Si bien el espacio es comandado principalmente por el Partido Justicialista y su presidente, el intendente Walter Vuoto, la conformación de la lista mostró amplitud y diálogo trayendo a la luz figuras políticas que no parecen contar con la posibilidad en sus partidos de origen. Lugones estuvo abocado a las juventudes del MPF y, todo indicaría, que las diferencias con Urquiza lo llevaron bajo el ala protectora el hoy intendente capitalino.

Si ahondamos un poco más, esta no es la primer fuga del Movimiento Popular Fueguina y, según dicta la lógica, podría no ser la última. El MPF, que siempre se jactó por la amplitud de permitirle a sus afiliados integrar otros frentes, hoy desangra de cuadros políticos, quedando unos pocos bajo la nomenclatura del partido y, casualmente, de los más veteranos. Mientras otros espacios brindan oportunidades a políticos y políticas jóvenes para tomar responsabilidades, otros prefieren seguir con los mismos nombres, siempre esperando un resultado diferente. Así, se fueron De Marco al ejecutivo Municipal y Garramuño a Juntos por el Cambio. Si fuesen un caso aislado o dos, no pasaría nada. No obstante, cuando un evento se vuelve un patrón, evidencia que hay problemas de fondo en la estructura de poder del espacio.

Las elecciones de este 15 de mayo determinarán más que un resultado en papel o “la fuerza” que tiene un espacio u otro. Este camino de reforma propuesta por el Municipio y el Concejo Deliberante invita a la reflexión sobre el rol de la política, las instituciones y las representaciones que debemos tener como sociedad. Mientras algunos suman espacios y gente joven, otros vuelven los partidos claustros, donde la antigüedad prima por sobre todo.

Con una ciudad relativamente joven y mucha gente que quizás no identifica las figuras más históricas, se presenta un debate: ¿la gente elegirá ideas para el futuro o candidatos del pasado?.

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