Continuando con la semana pasada, seguimos recorriendo este magnifico destino, conocimos su historia en profundidad, su geografía, su cultura, hoy les voy a detallar el resto de los atractivos que considero importantes a la hora de armar un itinerario completo.
Comenzaremos por uno de los museos mas destacados que podes visitar, es el de Fabergé. Abierto en 2013 en un palacio de una acaudalada familia rusa, este museo expone joyería de finales del siglo XIX y principios del XX, y está dedicado a Fabergé y la joyería rusa en general. Este apellido, el cual define el museo, de origen ruso, fue el joyero oficial del Imperio Ruso, y sus más afamadas joyas son las conocidas como Huevos de Fabergé, los cuales dan la imagen a los souvenirs más populares en Rusia. Se muestran 11 de los 61 huevos realizados por el propio Fabergé y su taller, y otros 13 se exponen en el museo del Krenlim en Moscú.
El origen de estos artistas y tan valoradas joyas se hicieron conocidos en un viaje que en 1885 el zar Alejandro III hizo a Alemania durante la Pascua. Ahí quedó encantado con los llamativos huevos de Pascua, y entonces encargó a su joyero hacer un primer huevo de oro, el cual era muy sencillo, sin ninguna decoración.
Si llegas en avión a San Petersburgo, recorres una larguísima avenida donde ves una continuidad de edificios de arquitectura soviética. Se trata de la Avenida de Moscú, ruta de salida de San Petersburgo hacia la capital rusa. En concreto ves edificios de arquitectura constructivista, sin ninguna decoración alguna, y otros de arquitectura stalinista, los cuales ya muestran estatuas, molduras y otras decoraciones. En el recorrido por esta gran avenida pasas por la plaza de Moscú, la cual fue diseñada para ser la plaza central de Leningrado en vez de la plaza del Palacio. También pasas por otra gran plaza con un enorme monumento al Sitio de Leningrado, en cuyo interior ahora hay un museo, y por una zona industrial con fábricas de grandes empresas multinacionales como Daimler Benz o Coca Cola.
También tenemos la Avenida Nevsky, es el principal eje del centro de San Petersburgo, y a lo largo de la misma podes cruzar diversos canales, ver destacados monumentos y, sobre todo, ver la faceta más comercial y animada de la ciudad. Esta es la zona es sin dudas, donde tenes que comprar los souvenirs, y degustar Vodka artesanal.
Encontramos el Teatro de la Ópera Mariinsky, sede del afamado Ballet Ruso, y el principal escenario cultural para conciertos de música y ballet. Ver una de las representaciones de este afamado ballet es uno de los atractivos del viaje a San Petersburgo. Los ingresos te los recomiendo comprar online ya que se agotan rápido, caso contrario los precios en la boletería son altísimos.
La catedral de San Nicolás es uno de los principales templos de la ciudad, construida en 1750 con una hermosa arquitectura barroca. Abierta al culto incluso en la época comunista o durante el Sitio de Leningrado, es el gran centro de la religión ortodoxa en la ciudad, la cual presume en la actualidad de su tolerancia religiosa. Está dedicada a san Nicolás de Bari, patrón de la gente de mar.
También encontramos los famosos Palacios de Verano, muy común en las principales ciudades europeas, generalmente se construían para la nobleza de la época con la finalidad de utilizarlos en las épocas con mayor temperatura.
Es así que encontramos, uno de los mas famosos, el Gran Palacio o Palacio de Peterhof en las afueras de San Petersburgo. Situado a orillas del mar Báltico, este palacio podes llegar en barco rápido Hydrofoil desde el embarcadero del museo Hermitage. Construido en la misma época que el palacio de Catalina, además de sus grandes salones, el palacio de Peterhof destaca por sus extensos jardines donde se disponen más de 300 fuentes y elementos de agua. Conocido también como el Versalles de Rusia. El rincón mas importante de estos jardines es la gran cascada frente a la fachada principal, donde se disponen diversas varias estatuas doradas, inicialmente de plomo dorado, pero que en el siglo XIX fueron cambiadas
A tan solo 30 kilómetros de San Petersburgo y unos 45 o 60 minutos del centro se encuentra el palacio Pushkin, también conocido como el palacio de Catalina, quien fuera la mujer de Pedro I. Este palacio de verano construido a principios del siglo XVIII en estilo barroco ruso. Su fachada principal resulta impresionante con la luz de la tarde, y está rodeado de unos preciosos jardines donde se extiende un gran estanque y varios pequeños edificios. En el interior del palacio de Catalina se encuentra la Sala del Ámbar, una pequeña sala con una espectacular decoración para la que se utilizaron hasta siete toneladas de ámbar.
Como todos dicen, este destino proviene de un cuento de Hadas, Palacios por doquier, Museos imperiales, lujo, una cultura tan interesante que no te alcanzan los días para recorrer cada uno de sus lugares, simplemente es mágico, lleno de sorpresas que te llevan a querer mas… Gracias San Petersburgo.