Profesional de enseñanza primaria. Docente en contextos de encierro. Representante docente JCyD. Directora jubilada.

Podemos estar de acuerdo o no con su práctica, pero el graffiti actúa como un elemento de comunicación incesante, espontánea y pensada (aunque parezca contradictorio) de las grandes ciudades. Permite advertir la importancia de lo que significa la herencia cultural, la simbología social y política que exterioriza.

Las calles son su lienzo y crea un escenario impensado e imprevisto. Partiendo de allí la historia ha hecho lo suyo.

La palabra graffitti nace del vocablo griego graphein que significa escribir. Él se reconoce por la pintura de los textos libres, abstractos y creativos.

Este modo especial de manifestarse nace en la década del sesenta en New York de la mano del movimiento hip-hop. Cuando la expresión artística fue considerada como tal, la técnica se profundizó y perfeccionó. Diez años después comenzaron a aparecer diferentes estilos dentro de la cultura graffitera.

Así diferentes grupos o tribus urbanas generaron diversidad en las imágenes y la iconografía. Ello daba personalidad, carácter y singularizaba la heterogeneidad de los barrios (por ejemplo: sobre algunos verdaderamente icónicos como Brooklyn y Bronx entre otros).

En los años noventa el mundo graffiteó sin prisa, pero sin pausa. Por ello invadió muros y puertas. Algunos eran considerados como un arte particular e innovador, otros en cambio estaban más cercanos a la idea de vandalismo.

Es verdad que ambas opiniones comparten territorio y herramientas, pero no necesitamos ser especialistas para darnos cuenta que el graffitti es diferente de la “clásica pintada”.

Algunos consideran al graffitti como el arte callejero que nuclea las manifestaciones artísticas dentro del territorio de la esfera urbana. Otros en cambio estiman que “el graffitti es graffitti”, no es arte y se basan en la necesidad de expresión donde los muros son la tela, el papel, el escenario.

Entonces, nos bamboleamos entre el fastidio y el encanto de observar, leer, opinar y magnetizarnos con algo que resulta exclusivo y excepcional.

Algunos graffittis…creativos, ocurrentes, crudos y singulares regalados al mundo de manera anónima.

“No le crea a nadie, salga a caminar”

“El Gobierno quiere a los pobres, pero hay amores que matan”

“El neurótico construye castillos en el aire, el psicótico los habita, el psicoanalista cobra el alquiler”

“Gracias por el fuego” (Juana de Arco).

“¡Me lo pagarás! (F.M.I.)

“Nunca pude estudiar Derecho” (El jorobado de Notre Dame).

DEJA UNA RESPUESTA

Please enter your comment!
Please enter your name here