Periodista de Tierra del Fuego.

Llegando al último tramo de la campaña, los referentes nacionales empiezan su vía crucis por las provincias a fin de dotar a sus elegidos con la tan codiciada foto. En el caso provincial, la primera en llegar fue la ex-ministro de Seguridad y presidente del PRO, Patricia Bullrich. Su llegada sin embargo no fue sin incidentes: debió reprogramar su reunión con dirigentes locales y su candidato, el diputado Héctor “Tito” Stefani, dado que un grupo de manifestantes la esperaba frente al Hotel Albatros para repudiarla.

Bullrich, que quizás fue una de las más criticadas durante la gestión de Mauricio Macri, también tuvo un incidente en su llegada al aeropuerto. Allí, una mujer le recriminó sus declaraciones con respecto al tema Malvinas. Si hacemos memoria, la ex-ministro de Seguridad nacional declaró en una entrevista con la plataforma LN+ que “Pfizer solo pidió un seguro de caución como a todos los países del mundo, que es algo razonable. No pidió los hielos continentales, ni las Islas Malvinas, bueno, las Islas Malvinas se las podríamos haber dado”. Si bien Bullrich pidió disculpas por las cuanto menos infortunas declaraciones, se mostró bastante molesta cuando las personas le reprocharon su decir al grito de “vende patria”, al punto de tomar su celular y filmar a quiénes la escrachaban.

Bullrich filmando a quiénes la escracharon

Ya pasado el mal momento, la presidente del PRO junto al diputado Stefani realizó un mensaje de campaña diciendo que “para mi es un honor estar en Tierra del Fuego acompañando a Tito. Tito es un gran trabajador, un gran conocedor de esta isla y una persona que tiene muy claro como lograr todo este potencial y convertir esta tierra en progreso y de porvenir para todos los fueguinos o los argentinos que quieran venir, así que vamos. Estoy muy contenta de estar acá”.

Del escrache y la visita de Patricia Bullrich me quedan dos reflexiones al respecto. Primero, aunque no estoy de acuerdo con los escraches en general, muchas veces uno siente cierta impotencia ante la falta de condena social hacia los dirigentes, ya sea por sus gestiones o declaraciones. La segunda, tiene más que ver con la respuesta de la ex-ministro ante la situación. Filmar a los manifestantes no hacía falta y, más reconociendo posteriormente que se equivocó al referirse así a las Islas Malvinas, cae en un actitud bastante infantil de “si vos me escrachás yo te escracho”. Uno viene de años de decepciones con los dirigentes y tiene la vara baja, pero siempre logran sorprenderlo un poco más. Hay que ser más humildes y entender el efecto que declaraciones tan incendiarias tienen para todos los argentinos, en especial los fueguinos.

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