Licenciado en Estudios Orientales. Posgrado en Negocios y Comercio de Asia Pacífico e India. Política Internacional; extremismo religioso.

La Provincia de Phuket es quizás uno de los destinos más idílicos y reconocidos en lo que refiere a islas en Asia, siendo visitado por más de 10 millones de personas en 2019. Los turistas que llegan a esta isla en el Mar Andamán, al oeste de la península de Malasia, lo visitan por sus playas, su nutrida vida nocturna y las actividades culturales vinculadas al budismo, ya sea el templo Wat Chalong o el Gran Buda de Phuket. Este último año y medio, con el contexto de pandemia el panorama de Phuket se ha visto fuertemente alterado; viendo mermado los ingresos de la actividad que genera el 90% de su economía local. Hoy, con un ambicioso programa que busca atraer a turistas vacunados, parece ser el comienzo de una reactivación económica en la isla. ¿El riesgo vale la recompensa?.

Para empezar a entender de qué se trata el Sandbox de Phuket, esta especie de burbuja, hay que entender una serie de variables primero. Si bien para Tailandia el turismo es una actividad importante a la hora de hablar de su PBI, donde representa el 14%, para Phuket es prácticamente todo, superando la marca del 90%. Es uno de los 15 lugares más visitados en el mundo y supera ampliamente en visitantes a sus competidores regionales como Bali, Maldivas y Phu Quoc casi duplicándolos en turistas.

Con más de un año y medio con el turismo casi paralizado, desde el Ministerio de Turismo de Tailandia y las autoridades provinciales de la isla, comenzaron a gestar una propuesta que aunque riesgosa, les permitiría reactivar el sector turístico de un golpe: un destino burbuja sin cuarentenas con libre movimiento por toda la isla. Aquí hay dos puntos que favorecieron el elegir Phuket como este destino burbuja sobre el cual “experimentar”. Como bien dijimos al ser una isla, se encuentra aislada de la masa continental teniendo dos puntos de acceso: por ferry que conecta con islas como Phi Phi y la península malaya y el aeropuerto internacional por el que hoy llegan sus visitantes. El otro punto importante y sobre el que reforzó el enfoque el gobierno tailandés es la cantidad de vacunados. Mientras la media del país ronda el 5,8% en Phuket hablamos del 69%, con más de la mitad habiendo recibido la segunda dosis. Este intento de priorizar las inoculaciones, tenía por objetivo poner el sandbox en funcionamiento durante el mes de agosto, a modo de prueba pensando en la temporada alta entre diciembre y marzo.

Mientras la Tailandia continental atraviesa uno de sus peores momentos en lo que refiere a casos de contagios y muertes, Phuket aparece como en una realidad alternativa, donde visitantes circulan con total normalidad y realizan los famosos tours hacia las playas y templos de la isla. Mientras el país asiáticos experimenta y analiza los datos de contagios, sopesando el riesgo con las ganancias económicas, el resto del mundo mira, pensando en si esta será la nueva forma de viajar en el mundo post-COVID19.

El sistema, de buenas a primeras, parece bastante directo: una vez llegado al aeropuerto, los pasajeros son atendidos por personal que realiza hisopados y, luego de su confirmación como no positivos, tienen acceso irrestricto a la isla. Asimismo, se busca visitantes que hayan cumplido su dosis de vacunación, buscando minimizar los riesgo en los casos donde los test fallen y los contagios aparezcan. Ahora, desde la isla buscan ser aprobados en la lista verde de la Unión Europea, a fin de ganar un mayor volumen de turistas provenientes de dicho continente.

Mientras buena parte de los hoteleros, el rubro gastronómico y las agencias ven esto como un rayo de esperanza, cierto sectores se han mostrado disconformes ante el “favoritismo” que se le da a Phuket junto a los turistas internacionales. Las disparidades de vacunación son altas y muestran un eje de gestión por parte del gobierno tailandés: hay prioridades no por riesgo de muerte que la vacunación previene, sino por el beneficio económico que acarrea.

No obstante de haber presentado casos en la provincia, 65 previo al inicio del programa, el formato sandbox estaría pronto a replicarse en lugares como Koh Samui, Koh Pha Ngan y Koh Tao, que con mayores restricciones, abrirán sus puertas a turistas internacionales completamente vacunados. Con este modelo como esquema, podría generarse un circuito burbuja dentro del archipiélago tailandés donde a lo largo de los 14 días mínimos de estadía se pueda visitar Phuket, Phi Phi, Krabi y, hasta en un futuro, la parte continental con vuelos hacia el norte en Chiang Mai. Aunque la oferta se amplíe y los europeos comiencen a pisar las playas tailandesas, desde el país asiático entienden que hasta que China no logre resolver su situación, el principal caudal turístico estará bloqueado, lo que obliga a tomar algunos “riesgos calculados” en pos de sostener la economía.

Si bien las posibilidades de comparación con nuestra provincia son complejas, ya sea por el tipo de turismo y la cantidad de días de estadía, el modelo de “ciudades burbujas” parece una iniciativa riesgosa, que podría rendir frutos al sector turístico pensando en la temporada 2021-22. Con la aparición de nuevas variantes como la Delta y la Epsilon, ha quedado demostrado que el virus continuará recorriendo el planeta de punta a punta, sin importar restricciones aéreas, barbijos y vacunas que lo intenten frenar, lo único que podremos alterar es la tasa de mortalidad, con sendos refuerzos periódicos como Moderna y Pfizer han dejado entrever. Este tipo de alternativas al turismo tradicional como lo conocemos podrán no ser definitivas, pero quizás de sus experiencias se incorporen conceptos que permitan volver el turismo más seguro, cuando las fronteras vuelvan a abrirse.

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