Periodista de Tierra del Fuego.

La vorágine de la información y la competencia con las redes sociales, hace que también los periodistas tengamos que adaptarnos. Lejos quedaron las rutinas fijas, y ahora, dependemos más que nunca de las herramientas que nos proporciona la tecnología. Whatsapp puede ser de gran utilidad para recibir información “fresca”, opiniones de vecinos y, porque no, hasta alguna declaración en off de un funcionario. Lo que uno no esperaría, y menos de alguien que se considera que salvaguarda la ley, es una amenaza.

Lo que transitó mi colega, Carla Fulgenzi, es inaceptable. Recibir una amenaza a su teléfono personal por cumplir su función es un claro ataque contra todos los que informamos. Quizá Carla tiene un estilo fuerte y más directo que otros compañeros y compañeras, pero volver un tema personal por la noticia que se brinda demuestra un nivel de arrogancia y delirios de grandeza de parte de quién la ataca. El colegiado Sagastume, según las capturas que brindó en la red social Twitter, le decía “sos mi enemigo” “la vas a pagar” “voy a la guerra”. Pongámonos en contexto: un miembro del Superior Tribunal de Justicia, nada menos que el presidente del mismo, amenazando por mensajería instantánea a una periodista. ¿Si eso es posible, qué queda para el resto?.

No fueron pocas las voces que se mostraron en solidaridad con Fulgenzi: los hubo de todos los poderes, así como sus colegas. La repercusión fue tal que el Consejo de la Magistratura se hizo oídos declarando que “la periodista informa que recibió un mensaje en su teléfono donde refiere que habría recibido amenazas de parte de un magistrado, acompañando una supuesta captura de pantalla”. Así, piden más pruebas para continuar la investigación y verificar si fue el Dr. Sagastume quién emitió las amenazas. Una voz que no se hizo escuchar fue la del Gobierno Provincial. Uno esperaría que aunque sea el secretario de Medios, Jorge Canals, repudiase las amenazas. Parece que la dura postura de Fulgenzi contra el Ejecutivo hace que, en la Casa de Gobierno, alguno que otro esté contento con el mal momento que tuvo que pasar.

Carla Fulgenzi se comunicó con la Dra. Battaini, también parte del Superior Tribunal, así como con el resto de los magistrados, esperando algún tipo de respuesta concreta. Ella, dejó una captura también de su mensaje a Battaini: “¿A quién debería pedirle protección en persona?”. Si un magistrado puede emitir tal amenaza, sabiendo que hay registro quedan dos opciones: o tiene tal impunidad que no le importa, o todavía no entendió el concepto de pruebas. De cualquier manera, desde este medio y yo personalmente, esperamos que la situación se resuelva de forma rápida y clara: el periodismo no debe dejar nunca espacio para que los poderosos nos prohíban de hacer nuestro trabajo.

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