Profesional de enseñanza primaria. Docente en contextos de encierro. Representante docente JCyD. Directora jubilada.

No todo es literatura y como sí todo lo envuelve, la serie Snowpiercer (sintéticamente es la historia de un tren que lleva varios vagones, específicamente son 1.001, de 16 kilómetros de largo con diferentes clases, a saber: primera, segunda, tercera y la “cola”; que vaga por una vía infinita y circular en un mundo congelado al estilo Frozen. Seguramente ya la vieron.) me llevó a las ingeniosas novelas distópicas clásicas de la literatura. Otros recordarán en formato de serie: The Rain o Black Mirror. Esas mismas que uno lee o mira y después de terminarlas dice: ¡Guauu!, ni en cien vidas se me hubiera ocurrido esto.

En cuanto a libros se refiere, desde el Renacimiento hasta nuestros tiempos han proliferado las novelas de este género. Con solo nombrar “El cuento de la criada” de Margaret Atwood, “1984” de George Orwell, “Fahrenheit 451” de Ray Bradbury, “Un mundo feliz” de Aldous Huxley, “La naranja mecánica” de Anthony Burgess, etc. Sabemos en qué mundo nos estamos internando. Específicamente podemos hablar de algunas no tan conocidas:

“El círculo” de Dave Eggers aparece de la mano de las redes sociales y el poder que ejercen con el objetivo de lograr exterminar la privacidad individual. En teoría la intención que impregna a “El círculo” (así se da en llamar la empresa que opera con base en las redes Instagram y Facebook) es empapar de verdad y transparencia el mundo. Para ello las cuentas se unifican y un exclusivo perfil quebranta derechos, límites y conocimientos.

“El dador de recuerdos” de Lois Lowry. Este polémico libro, transformado en película, muestra la vida de Jonás, un chico que habita un mundo donde no existe el hambre, el sufrimiento, las peleas, pero tampoco los colores, el amor y la música. Los “ancianos” proponen y disponen cómo será tu vida, quién te acompañará en ese camino y qué cosas construirás en él. A los once años te espera una “ceremonia” que decidirá tu existencia, tu profesión y tu futuro. No habrá espacio para quebrantar las normas, elegir, empatizar con niños enfermos o adultos mayores. Eso está vedado “al exterior”.

“La carretera” de Cormac Mc Carthy imaginó a un padre caminando por una carretera después de un evento apocalíptico. Ellos intentan sobrevivir entre la muerte, la desesperanza y las cenizas de un mundo asolador, cruel y deshumanizado.

“Matadero Cinco” o “La cruzada de los niños” de Kurt Vonnegut. Este libro muestra como la vida de Billy Pilgrim se transporta desde la Segunda Guerra Mundial, en la ciudad de Dresde hasta la sociedad post moderna de New York. El propio Vonnegut fue protagonista del bombardeo aliado a Dresde en 1945 y buscó reflejar la mirada superflua que le ponemos a nuestra vida, el poder transformador de nuestros actos, la solidez de nuestros pensamientos y la necesidad de cambiar los sucesos bélicos de conquista, colonización y esclavitud por acciones sencillas, aunque vengan de la mano de un anti- héroe como Pilgrim.

En definitiva, la novela distópica representa un mundo o una sociedad de ficción, indeseable y desmoralizadora en el que habitan personajes intrépidos, majestuosos y revolucionarios. Esos terrenos opresores parecen no lograr contenerlos y ese continente y territorio, escapan a su percepción.

Ese futuro deshumanizado que hace acto de presencia nos acerca y nos aleja a un espacio – tiempo por venir.

Historias que atraen por lo inconcebible, pero también por lo injusto. Aunque la esperanza crece en el corazón de sus personajes y palpita una nueva primavera.

Así lo dijo Aristóteles (384 a C. 322 a C. filósofo griego): “La esperanza es el sueño del hombre despierto”.

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