Profesional de enseñanza primaria. Docente en contextos de encierro. Representante docente JCyD. Directora jubilada.

El nombre de Stendhal fue uno de los tantos seudónimos de Henri Beyle, él nació en Francia en 1783. Su obra “Rojo y negro” constituye un clásico de la literatura del siglo XIX.

Esta novela histórica y psicológica muestra la belleza de lo estético sin dejar de lado la política y la filosofía.

Julien Sorel es hijo de un humilde carpintero que busca la aprobación de su familia. Lo mas importante para él es estudiar y la lectura es su verdadera pasión.

Aunque su gran anhelo es ascender socialmente. Para ello no duda en convertirse en el protegido del sacerdote del pueblo (las actividades mas reconocidas en aquella época y las personas mas prestigiosas estaban estrechamente ligadas a la religión y eran sinónimo de distinción y reconocimiento social), este se hace cargo de su educación. 

Julien se convertirá en el maestro de los hijos del Alcalde de su pueblo y por consiguiente accederá, de este modo, a las mujeres de la alta sociedad. Desde la esposa del Alcalde, la hija de un Márquez hasta la criada de la familia de Monseuir Rénal (el Alcalde) se enamorarán perdidamente de Julien.

Por un lado él desea pertenecer, sin importar como, pero por otro lado se debate entre sus propias contradicciones. Entonces el interrogante será: ¿Por qué desprecia a la burguesía si desea con ansias formar parte de ella? 

El narrador contempla esto de antemano y nos advierte sobre la falsedad de Julien: ” Su hipocresía le dictó que lo mejor sería hacer primero una visita a la Iglesia”. En el camino el relato de Julien se va perfeccionando hasta convertirse en un “hipócrita profesional”. 

Pero también, en contraposición, podría ser considerado un joven idealista y revolucionario que desea con fervor romper lo establecido desde la guarida misma de la frivolidad.

Quizás solo el deseo de libertad es mas fuerte que las ganas de pertenecer. Quizás el engaño esconde el afán genuino de un cambio.

Así lo expresa en la novela:” Sea el mundo el que juzgue mis actos” (Rojo y negro).

Stendhal abrió la puerta del “realismo trágico”. Sus obras estaban cimentadas en la belleza como promesa de la felicidad (“La belleza no es nunca otra cosa que una promesa de felicidad” Stendhal 1816), sin dejar de lado el contexto social y político de su época.

Analizó desde su óptica el alma femenina y sus relaciones. Fue ensayista y curioso observador de la sociedad. Aunque también un incomprendido. 

“Rojo y negro” (Le Roge et le noir) se convirtió mas de un siglo después en un clásico de la función social de la mujer y su evolución. 

Para Stendhal o Beyle, el mundo de la educación ocupaba un papel primordial, creía que la formación intelectual a través de la lectura era el germen del espíritu crítico que llevaría a la mujer a volver a ocupar un espacio de poder como lo tuvieron en el siglo XVIII.

Stendhal fue además un ferviente viajero, lo que lo llevó a conocer diferentes lugares y costumbres. Su sarcasmo lo hizo dueño de una literatura cercana a la belleza pero también lo guió a dejar una incisiva crítica.

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