Cuando FORJA ganó las elecciones hasta los propios planteaban cuanto tiempo podrían durar sin grietas o internas dentro de la estructura gubernamental o en la legislatura. Son, como se dice en la calle, “de cada pueblo, un paisano”. Si bien la cuarentena demoró lo inevitable, apenas se abrió, comenzaron los mensajes de uno y otro lado marcando las diferencias.
Apenas arrancó la gestión se vieron las primeras diferencias, la presentación del famoso proyecto de ley de emergencia en diciembre del 2019 generó malestar en propios y ajenos, y muchos de los que apoyaron en campaña a la fórmula ganadora cuestionaron la forma y la redacción de aquel proyecto. Recordemos que el propio Melella pidió a los legisladores no avanzar en ese proyecto ante las críticas de la oposición, ya que ese proyecto afectaba los recurso de las municipalidades. “Se pudieron haber cometido algunas equivocaciones, vinculados más con aspectos técnicos y de formas que con el espíritu de la iniciativa” dijo el gobernador ante los recamos.
Aquella madrugada del sábado 28 de diciembre de 2019, y luego de 15 horas de sesión, los Legisladores resolvieron por unanimidad girar a comisión el proyecto de ley mediante el que el Poder Ejecutivo pretendía que se declara el estado de emergencia de la Administración Pública Provincial e Instituciones de la Seguridad Social en todo el ámbito de la Provincia de Tierra del Fuego, en materia administrativa, económica y financiera. En esa ocasión parte del bloque oficialista no estaba de acuerdo con ese proyecto y cuestionaron que el Legislador Federico Greve no hubiese consultado con sus pares antes de llevar la discusión a la cámara.
Es decir que el año terminó con algunas fisuras internas pero anda que unas vacaciones o algunas reuniones no pudieran reordenar a la tropa, “recién arrancamos, nos van a tener que tener paciencia” comentaba un electo mientras defendía los errores cometidos al inicio de gestión. Sin embargo, ahora, que la pandemia parece haber amainado y todo comienza a desarrollarse con cierta normalidad parece que volvieron los fantasmas de las internas.
Era una obviedad que el ingreso de varios sindicalistas a la legislatura y en el bloque oficialista iba a generar alguna controversia cuando se discutan temas donde sus ex- representados les reclamaran una postura firme y distinta a la que el ejecutivo les pudiera pedir y ante el primer indicio se resintió la relación.
La primera en marcar la cancha fue la Legisladora Monica Acosta quien lamentó los frentes internos y externos que debe enfrentar la gestión Melella. “Hay internas con los intendentes, que tienen un determinado trabajo territorial, también hay mucha disputa de intereses con la obra pública, pero el gobierno no solamente tiene internas hacia afuera sino hacia adentro. Hay cosas que han pasado en la Casa de Gobierno, intencionales o no, pero entre la decisión política y la ejecución hay un ruido”, sostuvo.
En estas supuestas internas incluyó la detención del dirigente de AFEP José Gómez. “Lo conozco hace mucho tiempo, su hermano Alejandro es uno de los profesores de nuestro bachillerato popular en la Cooperativa, y fue injustificable ver tanta presencia policial. Me dio mucha tristeza y me solidarizo con él porque no es un problema si tenía permiso o no, si tenía personería gremial o no, porque el activismo sindical existe y hay que fortalecerlo”, subrayó.
Esto claro que repercutió en la mesa chica del ejecutivo y fue la propia Ministra de Gobierno, Adriana Chapperón quién tomó la palabra, “Hablar de internas dentro del gobierno no está bueno. Si Mónica Acosta tiene algo para decir sobre este tema debería hablar primero con el gobierno”. “somos personas de diálogo. Acá se han manifestado los sindicatos y jamás hemos tenido ninguna dificultad” manifestó la ministra.
Lo que demoró las internas solo fue la cuarentena por la pandemia ósea que vamos a tener que acostumbrarnos o a las internas, o a los reclamos de los afiliados a los sindicatos que tienen representación en la legislatura y dentro del ejecutivo ya que esto recién empieza.
