Periodista de Tierra del Fuego.

Este martes, el Concejo Deliberante de Ushuaia sesionó con dos puntos importantes y hasta un poco absurdos, resultando del mismo edil: Javier Branca. Primero, votó en contra de un pedido de informe presentando por la concejal Mariana Oviedo; que pretendía saber la forma en la que el municipio estaba gastando los recursos en la emergencia. Los pedidos de informe son algo bastante común y tienen el objetivo de controlar la disposición de fondos del ejecutivo, tarea parte de las responsabilidades del Concejo. Por otro lado, y aún más insólito, Branca presentó un proyecto para crear el “Fondo Específico Solidario para la Emergencia COVID-19”. En pocas palabras, un nuevo impuesto en plena recesión económica.

Lo anómalo de la situación, es la contradicción en el discurso del edil. Mientras expresa preocupación por la situación de los vecinos, apunta a aumentar las cargas impositivas a los que hoy funcionan y mantienen los puestos de trabajo, un punto que en el correr de los meses será de los más preocupantes.

No hace falta decir que el turismo, segunda fuente laboral privada en la isla, es una de las actividades que se encuentra más perjudicada y es posible que le lleve años recuperarse. Más que un impuesto, se debería optar por un refuerzo en la promoción y en sostener dichos emprendimientos para que no se reduzcan los puestos de trabajo. Pensar sólo en el beneficio inmediato tendría consecuencias muy graves para el esquema productivo de la provincia, y sobre todo de la ciudad de Ushuaia. Si bien la ordenanza prevé este fondo mientras dure la pandemia, lo que también es verdad que en este país estamos acostumbrados a que lo provisorio termina quedando definitivo.

La preocupación de una parte de la clase política fueguina pasa más por “sacar agua de las piedras”, que en un esquema de desarrollo sustentable con PyMEs saludables. Quizá es porque Branca, como otros, no se ha desempeñado nunca en el ámbito privado, que no comprende las dificultades por las que atraviesa una empresa que invierte, tiene empleados y paga más del 60% de sus ingresos en impuestos. “El que vive de la teta del estado, poco sabe de dónde viene la leche”.

En el proyecto, el concejal Branca plantea que este fondo, el FESE COVID 19, debe tener como fin ser complementario a los ya existentes destinados a la salud. Es decir, debe dar soluciones de tipo social, económica y alimentaria a los afectados por el golpe de la pandemia. El problema es, que dicho tipo de fondo ya existe hace 4 años. Quizá el concejal se olvidó o no estaba atento, pero la ordenanza Nº 5069 en su Anexo VI artículo nº 18, nombra al “Fondo de Salud”. Dicho fondo se abastece de una alícuota del 10% de la Tasa General de Servicios Municipales, que ya pagan los vecinos. 

Por lo visto, Branca quiso encuadrar, aprovechando la pandemia, un pseudo impuesto a la ganancia, gravamen del cual la provincia se encuentra excluida por la ley 19.640. El concejo tiene potestad de introducir nuevas obligaciones fiscales, pero el terreno se vuelve más complejo cuando el impuesto propuesto imita a uno nacional del cual el territorio se encuentra exento.

Entre lineas se puede leer que desde el bloque, del Frente de Todos, Branca pretende cobrarles a los comercios que siguen trabajando en la cuarentena un nuevo impuesto por las ganancias que obtienen en esta emergencia, pero “Ganancias” es un tema delicado ya que en nuestra provincia ese impuesto no se paga por la excepción que prevé la ley 19.640.

Si bien esto es factible, se necesitan 5 votos para que se apruebe una ordenanza que plantee impuestos nuevos y el bloque oficialista cuenta con 4, esto significa que alguno de los tres concejales de la oposición Romano (FORJA) Garramuño y Oviedo (MoPoF) deben estar de acuerdo para que prospere.

Con este nuevo impuesto, pagarían tanto las grandes empresas, que quizá tengan espaldas como para contribuir de forma temporaria, así como las pequeñas PyMEs. Es decir, la empresa que hoy lucha por pagar sueldos y cuentas, tendría más impuestos por pagar, para cubrir a los que se quedasen sin trabajo y a los suspendidos por la crisis. Pasando en limpio, el concejal quiere fundir empresas para que con esos fondos se le pague a los nuevos despedidos. Cuando uno cree que la política ya no lo puede sorprender, es cuando se equivoca.

1 COMENTARIO

  1. Llámelo, sería interesante escuchar el argumento del consejal,porque del mismo modo en nacion se crea un impuesto a las grandes fortunas, y es una realidad que comercios como la anonima aumentan sus precios a diario y hasta se han jactado de haber aumentado sus ventas en más de un 40%.y es claro que a este sector la pandemia por lo menos no le afectó.

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