Profesional de enseñanza primaria. Docente en contextos de encierro. Representante docente JCyD. Directora jubilada.

El tiempo, su transcurso y medición, siempre desveló a la humanidad. Para ello desarrollaron técnicas sobre sus medidas, que materializaron en el reloj de agua, de sol, de arena hasta llegar a la exactitud y precisión de los aparatos de nuestra época. 

Se cree que unos mil años antes de Cristo los egipcios inventaron el reloj de sol.

El hombre siempre advirtió el paso del tiempo gracias a hechos perceptibles. Desde la mas lejana prehistoria se observó y empleó para la medida del tiempo los fenómenos naturales (las fases lunares, el flujo y reflujo de los mares, las rotaciones de las constelaciones, etc.). Así como la historia precisó sus épocas, eras y períodos; la literatura creó los viajeros en el tiempo. Esa loca idea de viajar al futuro o al pasado es recurrente en la cultura popular y se vio reflejada en varios libros.

Si de ciencia ficción y viajes en el tiempo hablamos es casi imposible no iniciar con Isaac Asimov y “El fin de la eternidad”. Cuenta la historia de Andrew Harlan, especialista de la organización llamada Eternidad. Todos los que ocupan una jerarquía dentro de la organización (Los eternos) controlan la realidad de la gente, no por años sino por siglos. 

El tema central es la diferencia de la medición del tiempo para los eternos y para los temporales, además de las dificultades que se presentan en los viajes realizados y los saltos temporales.

“Las puertas de Anubis” de Tim Powers es otro clásico de este género y cuenta que el Imperio Británico de inicios del siglo XIX ha logrado someter bajo su poder a Egipto.

Por ello un grupo de hechiceros idean un plan mágico para expulsar a los invasores y dar nueva vida a sus dioses prohibidos.

Por otro lado un excéntrico millonario descubre que hay “puertas que se abren hacia el pasado” y el profesor de literatura, Samuel Taylor Coleridge, será el elegido para realizar la travesía. Así quedará atrapado en el pasado y vivirá una verdadera pesadilla.

“El coleccionista de sellos” de César Mallorquí. Con una fusión entre la temática policial, la historia y el suspenso; esta novela relata como tras la muerte de Franco y la derrota de las fuerzas facciosas, el ejército Republicano está a punto de ganar la guerra. 

En un Madrid, destruido, un asesino serial (El Coleccionista) deja víctimas por la ciudad con el propósito de apoderarse de tres sellos de un valor incalculable (pero falsos).

Telmo Vega (el policía investigador) desea atrapar al Coleccionista pero descubrirá que este no es un asesino común, sino alguien con la capacidad de cambiar el curso de la historia.

El tiempo, tormento de la humanidad, propicia los cambios en nuestras vidas bajo la marca de lo que ocurre, lo que sucede, lo mínimo, lo sustancial. 

En épocas modernas su valía no ha cesado, a veces es malgastado y otras ocultado a fin de no apenarnos.

“Quién controla el pasado controla el futuro: quién controla el presente controla el pasado” (George Orwell en su obra 1984).

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