Chef. Productor y Conductor de TV: "La Cocina con Luis". TV Pública Fueguina.

 

El ajo, un producto amado y odiado por partes iguales, pero ninguna de las dos partes puede cuestionar los beneficios en la salud. En la Antigua Grecia, cuentan que Hipócrates recetaba ajo para tratar diversas enfermedades. Actualmente, son tantas sus propiedades que se lo considera un «superalimento».

El ajo es un potente antibiótico natural que cuenta con 60 componentes antibacterianos que potencian nuestro sistema inmunológico y nos previene los resfriados. Además, ayuda a depurar nuestro organismo y nos brinda una gran cantidad de vitaminas, entre muchas cosas más.

Cuando se acerca de primavera, el ajo, al igual que las cebollas, comienza a brotar y a echar raíces. Muchas personas desechan este producto, pensando erróneamente que la planta se ha echado a perder, o que el brote es amargo y produce irritación. Es justamente, en el momento de la germinación, cuando el bulbo produce enzimas naturales que incrementan sus propiedades. Los brotes de ajo son alimentos vivos y frescos con grandes cantidades de enzimas, minerales y vitaminas. Todas las plantas en su proceso de germinación poseen un gran poder regenerativo y revitalizante único para mantener y recuperar la salud depurando el organismo.

Es importante aclarar que lo mejor es comprar el ajo en su estado normal, es decir que no tenga brotes, dado que lo ideal es que germine en casa. Para consumir el ajo germinado, simplemente habrá que pelar los dientes y abrirlos por la mitad para observar que el color del brote sea verde y no marrón oscuro, pues de ser así habría que tirarlo. Para consumir los brotes, pele el ajo y asegúrese de que el tallo en medio esté verde y fresco, pique el ajo y agrégalo como condimento normal de sus comidas. El ajo germinado tiene un sabor más fuerte e intenso, se necesitará una menor cantidad a la hora de agregarlo a las comidas.

Hasta ahora hablamos de los múltiples beneficios de consumir el ajo y sus brotes. Pero, a pesar de todas sus virtudes, casi todo el mundo coincide en que el olor a ajo en el aliento es algo fundamentalmente desagradable. Según afirman investigadores del departamento de Ciencias y Tecnologías de los Alimentos de la Universidad Estatal de Ohio, en EE.UU, «El ajo tiene un olor imperceptible antes de ser triturado, pero una vez que se lo corta o lo tritura emite un fuerte olor característico del glucósido de azufre de ciertas plantas. Esto significa que el consumo de ajo puede por ende resultar en un indeseable aliento a ajo que persiste por casi 24 horas. Por ello es importante encontrar formas y mecanismos para desodorizarlo». Estudios realizados en la misma universidad determinaron que la manzana cruda, la lechuga cruda y la menta, redujeron significativamente el mal aliento que provoca el ajo. 

DIP DE BERENJENA ASADA CON YOGUR DE AJO Y MENTA

Ingredientes

1 berenjena grande

175 grs de yogur natural sin azúcar

2 brotes de ajo

1 cucharada de aceite de oliva

1 cucharada de jugo de limón

1 manojo de menta fresca

½ cucharadita de sal

¼ cucharadita de pimienta negra molida

1 chorrito de aceite de oliva

Procedimiento

Precalentamos el horno a 200° C. Lavamos la berenjena, desechamos el tallo, la cortamos por la mitad, hacemos unos cortes en la carne y la colocamos sobre la bandeja del horno con la piel hacia abajo. Echamos un chorrito de aceite de oliva y un poco de sal. Horneamos a 200° C durante 45 minutos. 

Pasado el tiempo, sacamos la berenjena del horno y la dejamos templar. Después, con ayuda de una cuchara de postre raspamos toda la carne eliminando la piel. La carne la troceamos y la escurrimos un poco ya que suelta un líquido que es algo amargo. 

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