Cuando consumimos azúcar refinada o sacarosa, el cuerpo lo convierte en glucosa. Esta es absorbida por la sangre donde el nivel de glucosa ha sido establecido en un equilibrio preciso con el oxígeno. De esta forma, el nivel de glucosa en la sangre aumenta rápidamente, se altera el equilibrio y el cuerpo entra en crisis. Cuando consumimos azúcar, el sistema inmunológico se debilita durante 6 horas, lo que nos hace más vulnerables a los gérmenes y bacterias.
Para estar conscientes de los que consumimos, debemos distinguir claramente entre la azúcar refinada, que es una droga fabricada, y los demás carbohidratos que se encuentran naturalmente en los alimentos, como en los cereales sin refinar o la fruta. La fructosa es el azúcar de las frutas, y si la obtenemos directamente de la fruta está bien, pero no es lo mismo que la fructosa de síntesis química. Que es una sustancia que el cuerpo no reconoce, un azúcar que se convierte en grasa rápidamente, no es un azúcar saludable y es el que más engorda. Por ejemplo, hay una gran diferencia entre el Jarabe de Agave, que es un endulzante natural que no eleva el nivel de azúcar en sangre, y los edulcorantes altamente refinados que son perjudiciales para el organismo. La glucosa es un elemento esencial en la sangre humana, pero la dependencia de la sacarosa es algo nuevo en la historia de la humanidad. Cuando entra en el organismo el exceso de azúcar es transformado rápidamente en grasas, lo que ocasiona una obstrucción de las arterias y los capilares. Las melazas de cereales integrales ofrecen una alternativa estable para realizar postres y dulces.
El azúcar está presente en casi todos los productos manufacturados, procesados, enlatados, embotellados, bollería, cerveza, lácteos y tabaco, camuflados bajo los nombres de edulcorantes (ciclamato, sacarina, sorbitol, manitol). Como nuestro cuerpo necesita carbohidratos, compuestos orgánicos que dan energía, las personas consideran que el azúcar industrial es una fuente óptima para obtenerla.
Existen varias opciones para remplazar la azúcar refinada en las comidas. Aquí, algunas de ellas:
- La miel es un líquido dulce natural que se origina en el néctar de las flores y es recogido por las abejas. Está compuesto de 80% de azúcares naturales, 18% de agua y 2% de minerales, vitaminas, polen y proteínas. La miel es un poco más alta en nutrientes que la azúcar procesada que servimos en nuestra mesa, pero aun así contiene calorías.
- El jarabe de agave es un edulcorante que proviene de varias especies de la planta de agave en México y consiste en su mayor parte de glucosa y fructosa.
- Las frutas contienen un tipo de azúcar llamado fructosa así como fibras, vitaminas y minerales. Para aumentar su consumo de fibras, se puede remplazar el azúcar de mesa por frutas, para endulzar el yogur o las tortas. La cáscara de las frutas también contiene antioxidantes y puede ser rallada para agregar en los jugos o macerar carnes.
- Stevia es un edulcorante natural que se extrae de las hojas de una planta que es nativa de Paraguay y crece allí y en Brasil. Los glucósidos de este edulcorante son entre 250 y 300 veces más dulces que la sacarosa y vienen en forma líquida y en polvo. No tiene calorías ni contiene azúcar o carbohidratos, lo que la hace atractiva para los que están en dieta.
- Azúcar mascabo, proviene de la caña de azúcar, sin procesar ni refinar. La consistencia es como la del azúcar común pero de un color oscuro y sabor más intenso. Aporta algo de fibra, minerales, vitaminas A y complejo B. No es apta para diabéticos.
- Azúcar de coco, es extraído de la savia de la palmera cocotera, se obtiene al realizar una incisión en la flor. Se somete a altas temperaturas con lo que se consigue evaporar una gran cantidad de agua y el resultado final es un azúcar muy similar al azúcar moreno. Tiene las mismas calorías que el azúcar de mesa pero bajo índice glucémico.
La nutricionista dice que…
Tenemos que tomar conciencia que la azúcar refinada es perjudicial para el organismo y debemos buscar su reemplazo. De todas las alternativas, las que provienen de la naturaleza no afecta tus niveles de azúcar en sangre en la misma forma que la azúcar refinada, por lo tanto es una mejor opción. Esto nos lleva a buscar alternativas que creemos mejores, aunque si abusamos de ellas podemos acabar teniendo el mismo problema.
Nuestra receta saludable
Mermelada o compota de manzana, pera, laurel, naranja y vainilla
Todas las frutas contienen azúcar natural, pero en la mayoría de las mermeladas hay azúcar añadida. El resultado de esta receta es una mermelada igual de rica, pero sin nada de azúcar extra, y que además aporta todos los nutrientes de la fruta.
Ingredientes
1 kg de manzanas
1 kg de peras
3 naranjas
1 hoja de laurel
Una pizca de canela en polvo
1 vaina de vainilla
Preparación
Pelar las manzanas y las peras, sacarles el corazón y cortarlas en cuarto. Ponerlas en una cacerola grande. Exprimirles el jugo de las naranjas, agregar un chorrito de agua, la hoja de laurel y la canela. Cortar la vaina longitudinalmente, raspar la semilla y añadir todo en la cacerola. Cocer a fuego medio –suave tapado durante 40“, o hasta que la fruta esté blanda y en compota, removiendo de vez en cuando.
Se puede convertir en mermelada dejándola a fuego mínimo destapada durante 1 hora 20 minutos más o menos, aplastándola de vez en cuando, hasta que esté oscura, espesa y se pueda untar.