El 23 de junio Reino Unido votó en un referéndum si debían ser parte o no de la Unión Europea. De los 33.5 millones de votantes; uno 900.000 sellaron el futuro de la región; es el primer país en abandonar la Unión Europea. Dejando de lado los análisis demográficos de los votantes; las tendencias comerciales y cómo el proceso de divorcio puede concatenar una serie de efectos de gran magnitud para la matriz productiva británica, nos enfocaremos en el caso que nos compete: el turismo, pero no cualquier turismo, sino la pregunta que más de uno se hizo cuando la noticia del Brexit llegó a los medios: ¿Ahora como hago para ir a Inglaterra?.
La Royal Opera House, el Big Ben, Hyde Park, el Palacio de Westminster, el Palacio de Buckingham y el London Bridge son, por nombrar algunos, los lugares emblemáticos de Londres, el principal destino turístico del Reino Unido. A su vez tenemos ciudades maravillosas como podrían ser Manchester, Liverpool, Edimburgo o Glasgow. En el apartado histórico y natural tenemos lugares como Stonehenge, Bath (famosa por sus termas romanas) o los acantilados de Dover; como podemos ver el Reino Unido ofrece turismo cultural y paisajístico de primer nivel. Ahora pues, ¿cuáles son los puntos claves de Brexit que puede afectar los precios, y por ende la capacidad de visitar el territorio?.
Primero que nada, debemos aclarar que la invocación del artículo 50 (el que permite la salida de la Unión Europea) cuenta con una serie de cláusulas que dan como mínimo un período de 2 años para que el proceso se formalice. Con la decisión tomada en marzo de 2017 veríamos como muy temprano efectos en el mismo mes de 2019, pudiendo extenderse en base a las negociaciones.
Visados
El primer punto a tener en cuenta: ¿Voy a poder entrar? Hoy por hoy, el sistema de migraciones funciona exactamente igual que antes; los requerimientos son los mismos que para la Unión Europea; con la separación el Reino Unido tendrá facultades para negociar visados con cada país de forma bilateral. Se cree que en la mayoría de los casos la visa turista mantendría un enfoque similar pre-Brexit, el impacto (que aún está por verse) abarcaría cuestiones de residencia. El turismo se nutre en un 70% de empleados inmigrantes, con un endurecimiento en las regulaciones migratorias Reino Unido podría perder parte de sus recursos humanos.
Costos
Con la separación y los indicios de una economía debilitada británica, la libra bajó con respecto a las otras monedas de la canasta, haciendo que resulte relativamente más barato consumir productos y servicios dentro del territorio de Reino Unido; no se espera un repunte que sobrepase al Euro en los próximos años.
Se espera a su vez, un menor influjo de turismo europeo; que privilegiaría otras ciudades del viejo continente debido a la medida política británica. Dicho fenómeno podría tener un impacto en la demanda de servicios turísticos, obligando a ofrecer mejores precios para mantener el caudal de visitas.
Vuelos
Dentro de los puntos negativos para el turista aparecen la licitación de las rutas aéreas dentro del territorio. Con el anuncio de la separación también se plantea la necesidad de renegociar los acuerdos y convenios, dando una tendencia hacia el aumento de los precios de las aerolíneas denominadas low-cost. Compañías como Easyjet que son de bandera británica, podrían reubicarse en otro país de la Eurozona.
Lo importante es aclarar que aún no está dicho nada y los efectos que se mencionan en la lista derivan del análisis de las posibles políticas post divorcio; no siendo estos definitivos. A lo largo del 2018 se irán negociando cuestiones tales como formas de ingreso para turistas, estudiantes y trabajadores; así como rutas aéreas. Hay que entender que Reino Unido debe renegociar prácticamente todo lo que involucre a otro país; dados los 44 años de integración a la hoy llamada Unión Europea. Por ahora, para el turista, nada ha cambiado.
