“Donde los ángeles no duermen” de María Teresa Colominas, cuenta la historia de un abogado joven (Matt Denver) pero con un gran reconocimiento profesional. Él nació en una familia de fiscales de vasto prestigio y a Matt se le hizo mas dificultoso llegar a ese lugar que la sociedad jurídica le otorgó ya que es ciego. Todo lo que ha hecho ha sido para obtener el reconocimiento de su entorno familiar. Su vida se ve como perfecta. Pero algo desata la verdadera historia.
Un día una niña lo acusa de haberla violado. Su familia le da la espalda y la cárcel lo espera con su real crudeza.
Su lucha será intensa. En primer lugar porque deberá demostrar su inocencia y en segundo lugar por las atrocidades que deberá pasar a manos de sus compañeros de celda, ya que todos recuerdan que su padre es un renombrado fiscal que los ha puesto en el lugar donde están.
Cuando finalmente logra salir en libertad, sus adicciones y sus miedos lo alejan cada día mas de su deseo, reinsertarse en la sociedad.
En lo mas profundo de su alma él sabe que nadie le ha dado la oportunidad que merecía, no ha sido escuchado ni por propios, ni por ajenos. Una historia cruel.
Esta autora española es conocida fundamentalmente por este libro, el cual también fue adaptado al cine.
Ya con treinta años María Teresa Colominas, su autora, realiza un viaje a Estados Unidos donde un extraño le cuenta una historia. Ella sería el inicio de “Donde los ángeles no duermen”.
Así es publicado primero en Estados Unidos y posteriormente en su país natal.
Pero mas tarde publica “Ángeles en el infierno”, otra historia despiadada, la cual llega a ella por medio de un sobre con remitente anónimo.
Aquí la familia Donovan es realmente feliz. Pero inesperadamente Steven, el hijo mas pequeño, tiene un accidente, ingresa al hospital y finalmente muere.
Aparentemente este suceso trágico encubre una historia de maltrato que se relaciona mas con el poder político que con el entorno y la dinámica familiar.
María Teresa no solo cuenta historias crueles que consideramos tabúes sociales, es también un éxito de ventas.
Sus personajes manejan un juego de seducción con el lector que va mas allá de lo meramente descriptivo. Llegan cargados de temor y emociones. Ellos despiertan sensaciones de afecto, empatía y conmoción a la hora de internarse en sus vivencias. Todos gozan de una vida perfecta que supieron construir, sin embargo todo puede ser pasible de modificación en tan solo un segundo.
La sociedad te acepta y te aparta a la vez. Lo superficial y lo importante se combinan.
Los tropezones se suceden sin piedad y sus protagonistas no pueden darse el lujo de bajar la guardia.
María Teresa nos hace pasar, como lectores, por una montaña rusa de percepciones: alegría, tristeza, agotamiento, impotencia y espíritu de lucha.
Historias conmovedoras que atrapan de principio a fin y personajes que se ocultan en nuestra piel. Tanto que la autora alguna vez afirmó que “ lloró mucho” mientras escribía “Donde los ángeles no duermen” ya que se sintió “identificada con el personaje principal”.
