Podemos decir que Charles Bukowski (Alemania 1920- Estados Unidos 1994) es un exponente del realismo sucio, o de la generación pulp y estaríamos mirando sólo un fragmento de su obra. En verdad vivía en una constante marginalidad y el escenario para ello era la urbanidad más extrema. Eso se trasladaba sin piedad a sus personajes. Los Ángeles fue su ancla y a su vez su espacio sórdido de creación. Así nacía un mito, él mismo. La contracultura de su literatura.
En el cuento “La chica más guapa de la ciudad” (en algunas traducciones se puede encontrar como “La chica más linda de la ciudad”, publicado originalmente en el año 1978) el narrador cuenta como conoció a Cass. Esa joven extremadamente bella, la menor de cinco hermanas. Tanto era su atractivo que ello le generaba problemas con ellas. Esa envidia le ocasionaba agresiones, pero también la autodestrucción. Cass era hermosa, pero no era feliz.
Así la historia se va amplificando durante veinte largos años. En este camino cuenta como estaba formada la familia. El padre de la joven era alcohólico, ello lo llevó a la tumba. La madre decide abandonar a ella y sus hermanas luego de este suceso. Eso derivará en la entrada de Cass y sus hermanas a un colegio donde será el centro del maltrato de parte de sus compañeras ya que la ven como alguien que representa una amenaza para el grupo. Nadie la cuida, ya no existe la figura materna ni paterna, sus hermanas no la toleran y ello es indisimulable.
El narrador la conoció “en el bar West End…”, todos los hombres eran atraídos pero la mayoría no podían ver más allá de su apariencia física. Eso le resultaba imposible de sobrellevar a Cass por lo cual intentaba alejar su belleza a cualquier costo. En un principio clavarse alfileres era su secreto mejor guardado, pero la autoflagelación fue en ascenso hasta que un día se cortó el cuello. Había días en los que estaba extremadamente alegre, en otros intensamente triste.
Su estándar de belleza era alto, era el que la sociedad le imponía, por ende se le rendía culto. Sin embargo no representaba una virtud en Cass, era más bien un calvario.
Así como en la totalidad de su obra, Bukowski describía emociones utilizando como medio a personajes desolados, con una visión del mundo crítica, cercana a la depresión. La oscuridad y la desesperación capturan toda la soledad densificada en Cass.