Profesional de enseñanza primaria. Docente en contextos de encierro. Representante docente JCyD. Directora jubilada.

Adivinos, videntes, magos y charlatanes han tratado de predecir el futuro. Quizás con el ánimo de tranquilizar su corazón, su alma, pero especialmente las de los monarcas, reyes y reinas. Las bolas de cristal, los péndulos llegaron de la mano de sus antecesores los cristales de cuarzo de los druidas. Esa clase sacerdotal de la Europa de la Edad de Hierro tenía encargos de carácter profético.

Si atravesamos el océano, la matriz de la cultura andina se entrecruza con los chamanes y los oráculos (en verdad esta palabra refiere a técnicas especiales utilizadas por diferentes pueblos, desde palitos de madera y la lectura de sus posiciones al ser arrojados hasta sacrificios de animales, los cuales llevaban a la predicción de diversos acontecimientos como las mejores épocas de pesca, los lugares y tiempos de siembra, etc.).

La astrología también fue siempre un modo de predecir el futuro por medio de la interpretación de la configuración y la ubicación de los astros y sus constelaciones. Tiene sus orígenes en Babilonia, el antiguo Egipto y Grecia, pero otras civilizaciones como la maya también han sido guiadas por ella.

Michel de Notre- Dame, nació en Francia en el año 1503, hoy se lo conoce popularmente como Nostradamus. Era de origen judío, pero se convirtió al catolicismo. Algunos lo definen como un médico, astrólogo, filósofo y matemático, otros como un alquimista o un vidente, pero otro grupo lo cataloga como un agorero. Tal vez fue muchas personas dentro de una sola vida, aunque este señor no acepta tesis simplistas. En el año 1555 escribió “Las Profecías” este ha sido interpretado de innumerables formas. La obra está compuesta por trescientos cincuenta y tres cuartetas (poemas de cuatro versos) con términos crípticos. En los años sucesivos esta se ampliaría. La última edición contaría con novecientas cuarenta y dos cuartetas divididas por agrupación de sucesos dadas en un período de cien años.

En las cuartetas las escenas dibujaban contextos tales como: el asesinato de Enrique IV en 1610, la abolición de la monarquía francesa en 1742, la coronación de Napoleón Bonaparte en 1804, el ascenso al poder de Hitler, el cambio climático, las grandes guerras y sus consecuencias, el atentado a las Torres Gemelas, las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki. A modo de ejemplo transcribiré la cuarteta donde hace referencia a este último suceso (según las interpretaciones de los expertos en los textos de Nostradamus).

“Cerca de las puertas y dentro de dos ciudades/ habrá dos azotes como nunca vio nada igual/ Hambre, dentro de la peste, por el hierro fuere arrojados/ pedir socorro al gran Dios, inmortal/”

¿Adivinación, profecía o videncia? Están fusionadas con un lenguaje hermético atado no sólo a hechos históricos, sino también a inventos y descubrimientos.

Como vemos la predicción del futuro es todo un arte que ha permitido a diferentes civilizaciones transitar por la historia tratando de anticiparse. Fue visto como una herramienta mágica, misteriosa. Sólo los elegidos eran capaces de pasar de generación en generación estos dones. Las reglas eran otorgadas desde tiempos ancestrales basadas en la observación. Sólo así se era idóneo para prever, predecir y profetizar.

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