Profesional de enseñanza primaria. Docente en contextos de encierro. Representante docente JCyD. Directora jubilada.

“… todo lo que no se dice, se transmite…” (Naasón Munyandamutsa, psiquiatra ruandes el cual falleció el 1 de marzo de 2016. Regresó a Ruanda luego del genocidio del año 1994 a reconstruir el único hospital psiquiátrico del país).

En el libro “Este dolor no es mío” de Mark Wolynn (psicólogo estadounidense fundador y director del Instituto de Constelaciones Familiares) este lleva por subtítulo “Identifica y resuelve los traumas familiares heredados”. Así explica cuales fueron los traumas heredados (según su teoría) de sus pacientes y las pistas que este iba develando en terapia con el propósito de otorgar una mejor calidad de vida a aquellos quienes padecían ataques de pánico, problemas con el manejo de la ira o disminuciones en sus capacidades físicas o cognitivas sin ninguna causa médica aparente, luego de deambular por diferentes hospitales y profesionales de diversas especialidades.

En esta obra Hellinger (el cual fue un espiritualista, teólogo creador de las constelaciones familiares, nació en el año 1925 en Leiman, Alemania y falleció en 2019 en Bishofswiesen, Alemania) menciona distintos profesionales de la psicología, la medicina general y la psiquiatría y habla del “entrelazamiento” el cual interconecta a personas de nuestra familia y anexos que han participado directa e indirectamente de acciones que han movido los hilos del destino.

Claro que también hay uniones exitosas, ventanas luminosas que se abren al tiempo, sin embargo Wolynn expresa que “la mayoría de nosotros llevamos al menos algunos residuos de nuestra historia familiar”. Habla también de los “traumas intangibles” los cuales existen, pero incluyen aspectos superadores como la autoconciencia, la auto-calma, y la sanación interna. 

Estos dolores o reacciones inexplicables ante una situación particular pueden ser la fuente donde se potencian los problemas emocionales, mentales y físicos. Los traumas pueden pasar de generación en generación, así como las características que son comunes y cercanas a nuestro entendimiento (el color de los ojos, el cabello lacio o rizado, su color, etc.). Según Wolynn si detectamos su causa, si llegamos a la raíz, podremos romper el ciclo. Esa será la mejor fortaleza y utilidad, poner en acción el cambio. Esos miedos irracionales atados a la etapa de la infancia pueden llevar en la edad adulta a conductas de autodestrucción. La culpa y la agitación emocional crearán un estado de inestabilidad acompañada de conductas problemáticas. Es verdad que se altera el comportamiento, pero también puede modificarse positivamente en igual medida.

Hay una raíz del dolor, pero del mismo modo puede explorarse la liberación de este.

En este libro Wolynn cuenta el temor irracional de una paciente suya al agua, el cual derivó en la racionalización de la experiencia vivida por su abuela cuando fue parte de un grupo de sobrevivientes de un naufragio o la falta de aire ante cada situación angustiante de otra paciente la cual había perdido a un antepasado en la cámara de gas de un campo de exterminio durante el régimen nazi. Wolynn se atreve a explorar las historias familiares con el fin de ayudar a las personas a superar sus “traumas heredados”.

Un libro de autoayuda al estilo de los de Brian Weiss (médico y psiquiatra estadounidense nacido en Nueva York en el año 1944) con un enfoque basado en los antepasados en lugar de la reencarnación.

Wolynn pretende mostrar que lo oculto no siempre se disuelve, a veces regresa con mayor fuerza.

 “Francoise Dolto (médica pediatra y psicoanalista francesa 1908-1988) decía:“Lo que se calla en la primera generación la segunda lo lleva en el cuerpo”. 

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