Estas son la primera y la última estrofa de “Nacer hombre”, poema publicado en el año 1887 por Adela Zamudio (Cochabamba, Bolivia 11 de octubre de 1854- 2 de junio de 1928).
“Cuánto trabajo ella pasa/por corregir la torpeza/de su esposo, y en la casa,/(permitidme que me asombre)/tan inepto como fatuo/ sigue él siendo la cabeza,/ porque es hombre.
“¡Oh, mortal!/¿Oh mortal privilegiado,/que de perfecto y cabal/gozas seguro renombre!/ para ello ¿qué te ha bastado?/Nacer hombre”.
Este poema fue escrito en una Bolivia colonial y tradicional, donde a las mujeres se le estaba vedado recibir instrucción formal, más allá de los clásicos que permitían verlas como cultas a los ojos de una sociedad que las contemplaba más bien como una atracción para los eventos sociales.
Sin embargo y a pesar de las restricciones Adela se procuró lecturas que la acercaran a las letras más allá de su tercer nivel de la modalidad primaria.
En 1903 fue más lejos aún y se tornó desafiante ante la Iglesia Católica. “Quo Vadis” fue su instrumento de denuncia, a causa de este poema fue excomulgada por el Papa. En uno de los párrafos decía con firmeza y claridad “…Allí está Pedro. El pescador que un día/predicó la pobreza y la humildad,/cubierto de lujosa pedrería/ostenta su poder y majestad…”
A pesar de las críticas Adela se declaraba creyente, lo que no la eximía de los cuestionamientos a las conductas sociales de la iglesia.
Así cada 11 de octubre, día de su natalicio, se celebra en su país el Día de la Mujer Boliviana.
Defendió con fervor la creación de un sistema educativo laico y gratuito. Creía en el matrimonio civil, el derecho al divorcio y la independencia de poderes entre el Estado y la Iglesia. En consecuencia, fundó el Liceo de Señoritas, pero la Iglesia elevó el pedido de excomulgación, el cual obviamente prosperó. El gobierno de Bolivia tomó partido por Adela y le otorgó el cargo como maestra y Directora de la Primera Escuela Fiscal de Señoritas de la ciudad de La Paz. Los enfrentamientos entre la escritora y el poder eclesiástico continuaron y se transformó en una puja nacional. Los círculos de intelectuales de Cochabamba le dieron su apoyo explícito por medio de una carta publicada en el diario La Mañana. Mientras el año 1913 llegaba a su vida con tantas disidencias, la inspiración también aparecía en igual medida. Nacía “Ráfagas”, una colección de poesías e “Íntimas”, su única novela. Ellas pasaron sin pena ni gloria, la sociedad y los medios le dieron la espalda. Tal vez podríamos recordar una frase de Mahatma Gandhi (Porbandar, India 1869-Birla House, Nueva Delhi, India 1948): “Los cobardes mueren muchas veces antes de morir y, sinceramente, creo que hay muchos muertos en vida, incapaces de manifestarse públicamente, de vencer su cobardía y hacer visibles sus pensamientos”.
Adela Zamudio fue parte de una generación de autoras latinoamericanas que cuestionaron con autenticidad la visión estereotipada de la mujer de esa época. Fue sincera y rebelde, moderna y crítica. Adelantada a su tiempo, así anduvo contra la corriente.
Conocer más de esta autora puede ser una experiencia novedosa e intensa.