Licenciado en Estudios Orientales. Posgrado en Negocios y Comercio de Asia Pacífico e India. Política Internacional; extremismo religioso.

Con los resultados sobre la mesa, quedando pendientes los nombres de las y los concejales luego del conteo de preferencias, llega el momento de comenzar a dilucidar el panorama político hacia futuro, entendiendo que algunos espacios han salido fortalecidos mientras que otros han recibido duros golpes.

Los grandes ganadores de la jornada fueron sin lugar a duda los intendentes y el gobernador. Walter Vuoto por Ushuaia, Martín Pérez por Río Grande, Daniel Harrington por Tolhuin y Gustavo Melella a nivel provincial lograron sus tan preciadas reelecciones, siendo el acceso a su tercer mandato para el primero de ellos. Con matices en cuanto a la diferencia de las victorias, que todos los oficialismos ganen en algún punto válida lo que han sido sus gestiones, algo no menor considerando que todos fueron gobierno durante la pandemia. Si hacemos memoria, tanto a nivel nacional como internacional, casi todas las gestiones perdieron elecciones de medio término o reelecciones posterior a la crisis sanitaria, económica y social del COVID-19.

Del otro lado del espectro político, queda claro que estos comicios deberán ser el puntapié para una profunda reflexión desde la oposición; haciendo una excepción para los sectores liberales de Republicanos Unidos que se encuentran en un estadio formativo y han cimentado con bancas en la Legislatura una irrupción en la escena política. Es en el caso particular de Juntos por el Cambio que la autocrítica debe darse de forma sincera: es un brutal fracaso que el partido con sello nacional salga 4° con el 2,46% de los votos y en la sumatoria con el PRO se esté debajo de los 11 puntos. Las divisiones del espacio no solo fragmentaron el voto a múltiples listas, sino que fomentaron la diáspora de figuras como Federico Sciurano a FORJA. No es menor el dato del 21,59% de los votos en blanco: si bien el sistema de votación es complejo, habla de una incapacidad por los distintos partidos de captar el interés del votante, que en 2019 si eligió, dado que solo 7,37% de las boletas fueron en blanco.

Ya pensando de cara a octubre, será menester de las y los dirigentes de Juntos por el Cambio evaluar en frío los resultados y quizás considerar un recambio de figuras para la contienda por las bancas en el Senado y Cámara de Diputados. Con el esquema actual, el espacio podría perder una eventual representación de cara al período 2023-2027 si siguen transitando este sinuoso camino.

No es ningún misterio que hay una apatía generalizada por la política: la gente no encuentra respuestas reales en la mayoría de los dirigentes y las plataformas carecen de medidas concretas: son expresiones de buenas intenciones o, si no uno fuese un poco más malpensado, discursos genéricos que responden a los resultados de los grupos de foco. Allí es donde las propuestas opositoras, sea la izquierda, la centro-derecha de Juntos por el Cambio o los liberales, deberían tener tierra fértil, pero los resultados muestran lo contrario.

La conclusión de esta falta de firmeza en la oposición es la victoria holgada de Gustavo Melella. El gobernador, si bien cuenta con una buena imagen positiva y caudal de votos propios, gestó las alianzas necesarias para desarticular posibles enemigos en los comicios y dejar casi firmada una victoria en primera vuelta que se convirtió en realidad este domingo. Al incorporar bajo su frente al PJ, el MPF y su espacio FORJA como principales partidos, garantizó en algún punto un impacto auspicioso.

El ámbito legislativo presentó, a diferencia del ejecutivo, una elección donde cada voto cuenta con el PJ y FORJA en la lucha por el primer lugar. Con solo 41 votos de diferencia en toda la provincia, el espacio con Juan Carlos Pino a la cabeza que mudará sus oficinas del Concejo Deliberante a la Legislatura Provincial en diciembre. En tercer sitio, se ubicó Somos Fueguinos, que según las cuentas contará con tres bancas, viendo así la transición de Von Der Thusen del Concejo Deliberante de Río Grande al ámbito provincial y el regreso de “Tony” Lechmann al escenario político. La sorpresa quizás llegó del lado del Partido Verde, al que muchos daban como un espacio que podría acceder a una banca a lo sumo, logrando doble representación junto a Republicanos Unidos. Afuera quedaron las ex-gobernadoras Bertone y Ríos, así como Juntos por el Cambio, que no logró ni superar el piso del 5%. Al igual que a nivel ejecutivo, el voto en blanco fue predominante, superando el 25%. Como mencionamos antes, más que una dificultad del electorado por seguir el reglamento, uno podría inferir a que responde a un desinterés por elegir representantes en el distrito: “yo entro y voto a X, el resto no sé quiénes son” parece ser el pensamiento predominante. Eso, más que hablar mal del elector o electora que asiste por obligación a la cita democrática, habla de una incapacidad de las y los dirigentes por conectar con la gente y transmitirles lo que desean impulsar en la Legislatura, o mostrar el trabajo que han llevado adelante durante los últimos 4 años.

En lo que refiere al ámbito municipal, las diferencias también fueron marcadas. El caso de Ushuaia con Walter Vuoto y Gabriela Muñiz Siccardi fue el más cercano y superó los 7 puntos, ante una “Chispita” Fadul que supo capitalizar el voto anti-K junto a su compañero de fórmular Ricardo Garramuño. No obstante de lo que uno podría argumentar como cercanía, los resultados del Concejo Deliberante demostraron que el PJ sigue dominando en un distrito históricamente anti-peronista como es Ushuaia. El Concejo de Ushuaia, con nombres aun a definir, contará con 5 de las 10 bancas en poder del oficialismo, 2 en FORJA (espacio que uno consideraría cercano al PJ), una en Juntos por el Cambio, una en el Movimiento Popular Fueguino y la restante en Somos Fueguinos, que no pudo trasladar los votos de “Chispita” al estamento legislativo.

Río Grande, sin ánimos de desmerecer a los espacios de Juntos por el Cambio, Republicanos Unidos, Compromiso Federal, PRO y el FIT fue un trámite para Martín Pérez. Mientras él logró 30.301 avales de los vecinos y vecinas de la ciudad, su competidor Fernando Baccichetto alcanzó los 3.307. Algo similar a lo que pasó en el nivel provincial, los votos en blanco rondaron el 23% y superaron en cantidad a todos los candidatos de los partidos antes mencionados juntos.

En el Concejo de la ciudad la historia fue distinta: FORJA se alzó con la victoria por menos de 300 votos, evidenciando la buena imagen que ostenta el gobernador y su espacio en la ciudad. La composición, que estará fragmentada entre FORJA, Provincia Grande, MPF, PJ, JxC y Somos Fueguinos, será más repartida que en Ushuaia, dadas las pocas diferencias que se generaron entre los espacios que superaron el piso del 5%.

Tolhuin, por su parte, fue la revancha Harrington vs Queno. El primero, hoy oficialismo, le sacó la intendencia allá por 2019 a un Claudio Queno que buscaba su tercer mandato con un sorpresivo 46% por sobre el 36% del entonces intendente. Hoy Harrington, con cuatro años de gestión en sus espaldas, reafirmó la diferencia alcanzando el 57,91%, muy por encina de los 33 puntos de Queno. En el Concejo la historia fue distinta, dado que Sol de Mayo, espacio del ex-intendente, logró la victoria por 8 votos sobre el PJ, algo que podría cambiar en el recuento. Así quedarán ambos con dos escaños, siendo el desempate a cargo de FORJA quién logró la última banca disponible.

Si bien esta semana será una donde algunos y algunas descorchan todas las botellas del hogar, mientras otros lamen sus heridas, la política es una locomotora que nunca se detiene: quedarse cavilando sobre el pasado es quedarse afuera de lo que se viene. Octubre no está tan lejos y podría, irónicamente, presentarnos ahora un escenario inverso: los oficialismos con el objetivo cumplido comienzan a fragmentarse, mientras que la oposición se alía entendiendo que si no quedarán afuera de la toma de decisiones.

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