En nuestra recorrida final por lo que han sido las campañas en toda la isla, llega el momento de visitar la capital de la misma: Ushuaia. La ciudad más austral del mundo hará este domingo historia por una variedad de razones, ya sea la flamante incorporación de la figura de la viceintendencia o por lo posibilidad de un tercer mandato consecutivo del actual intendente Walter Vuoto.
Ushuaia siempre es la más álgida de las tres ciudades en lo que refiere a política y sus comicios para cargos ejecutivos no son la excepción. Aunque bastante más “limpia” que contiendas previas, donde los carpetazos estaban a la orden del día, la elección a pesar de contar con 6 binomios quedó polarizada entre dos opciones: la gestión actual del intendente y presidente del PJ Walter Vuoto y el espacio de Somos Fueguinos con la exdiputada y convencional constituyente Liliana “Chispita” Fadul.
En ambos casos, sorprendió a varios la elección de sus compañeros de fórmula. En el caso de Vuoto, un animal político por excelencia, pareció raro escuchar el nombre de la secretaria de Planificación e Inversión Pública como candidata a viceintendenta. Mirando con mayor detenimiento; el intendente capitalino tomó una decisión bastante inteligente: empodera a un cuadro técnico que viene trabajando junto a él desde sus comienzos, brindándose también tranquilidad para lo que será el Concejo Deliberante, donde Muñiz Siccardi oficiará de presidente en un espacio que seguramente será mucho más conflictivo que con el esquema previo.
Del lado de “Chispita” también el nombre de Ricardo Garramuño generó sorpresa. Aunque con algunas alianzas “vergonzosas” en su pasado como la que generó con Camioneros o el PJ liderado por Bertone, Fadul siempre fue identificada como una política estoica que no claudica en sus ideales. Ahora, incluye en su espacio a un Garramuño que se alejó del Movimiento Popular Fueguino y tuvo algunas intenciones de articular con Juntos por el Cambio en las elecciones de medio término.
Si bien también estarán presentes las fórmulas de Juntos por el Cambio Tierra del Fuego con Tomás Bertotto y Natalia Emilce Echazarreta; CERRO con Eduardo Quidel y Nadia Vanina Torres; el Frente de Izquierda y Trabajadores-Unidad con Juan Diego Barrientos Vargas y Carlos Fabián Vázquez Figueroa o Republicanos Unidos con Ricardo Forgione Tibaudín y Natalia Vaneza Zeballes, uno estimaría que Vuoto corre con ventaja y la que estaría más cerca sería Fadul. Ya sea por la presencia de sus espacios, la fragmentación de JxC o simplemente ser dos de los nombres más conocidos en la política provincial.
Hablando ahora de las campañas, también podemos trazar enfoques diametralmente opuestos entre nuestras dos fórmulas bajo análisis. Comenzando por Fadul-Garramuño, la campaña fue simple: “le vamos a ganar al kirchnerismo”. Lo más irónico de la situación es que buena parte de la plataforma electoral de este binomio es que hay cierta compatibilidad con lo que viene impulsando la gestión actual. Aunque con diferente enfoque hay un intento de ordenamiento territorial, un trabajo para potenciar la economía local vinculada al turismo, simplificación de los trámites municipales, obra pública en pavimento, mejoramiento de plazas, etc. Quizás, si la grieta no fuese tan terminante y definitiva, habría instancias de diálogo entre ambos espacios para generar un proyecto con consenso general.
Saliendo del sueño idílico que sería un funcionar político de crítica constructiva por sobre la pelea por la pelea en sí, vayamos a la campaña de la fórmula que cuenta con un candidato en ejercicio. Vuoto, al igual que sus pares y el gobernador, optó por más que una campaña mostrar su gestión. Recorrió obras, continuó con el trabajo de restituciones históricas como la entrega de licencias de taxis, anunció la creación de un ecoparque, presentó nuevos móviles para las líneas de colectivos. En definitiva, continuó con su trabajo diario, considerando que esa es la mejor publicidad que puede hacerse a sí mismo pensando en un tercer mandato.
Quizás la diferencia que más separa a los dos con más chances de hacerse con la intendencia es la concepción de lo que significan los egresos del estado: para Vuoto cuando el estado utiliza fondos invierte, mientras que “Chispita” habla del gasto. Nadie puede discutir que los dos quieren a su ciudad, pero las metodologías que consideran correctas están en veredas opuestas. Quizás es por eso que acercar posiciones es tan difícil, algo que quedó más que claro en la Convencional Constituyente, muy a pesar de los intentos de figuras más de corte mediador que había en la misma.
El resultado del domingo determinará cuál es la definición que más vecinos y vecinas de la ciudad consideran correcta sobre el funcionamiento del Estado Municipal. Uno propone un municipio que brinda más servicios y derechos, a coste del erario público, mientras la otra teoriza una lógica más minimalista: si el gasto es menor, en algún punto se reducen los servicios y derechos que se ofrecen. Los gastos “superfluos” tampoco son tantos cuando uno mira el presupuesto.