Periodista de Tierra del Fuego.

Los períodos más furiosos en la política, suelen ser los electorales. Cuando hay campaña es cuando la verborragia se desata y los un poco inocuos candidatos y candidatas deciden arremeter contra sus rivales. Si lo pensamos a nivel nacional, la guerra de la oposición y el oficialismo solo se ve interrumpida por los constantes “fuegos amigos” tanto del lado de Juntos por el Cambio como del peronismo. La provincia no obstante, parece ir a su propia bola.

Que Tierra del Fuego es un territorio cuanto menos peculiar no es ninguna novedad. La provincia es una isla literal, y muchas veces, también de forma figurativa. Mientras en 2015 Juntos por el Cambio arrasaba el país, en la provincia el peronismo volvía luego de 8 años del mix ARI-PSP provisto por Fabiana Ríos. Si repasamos los períodos electorales desde la creación de la provincia, podríamos decir que en la ida y vuelta del “péndulo” político, la isla va a contramano del país.

Este 2023, no parece ser una excepción. Mientras el país se prepara para lo que parece ser una de sus elecciones más encarnizadas en mucho tiempo, ya sea por la polarización de los votantes o las propias fracturas en todos los espacios, la “Isla de la Fantasía” nos propone un escenario un tanto inaudito: un acuerdo (¿implícito o explícito?) donde cada cargo ejecutivo buscará su reelección y los comicios se adelantarían a mayo, limitando la posibilidad de campaña para las y los opositores.

La provincia seguirá con la estrategia conciliadora

Las certezas son raras en el mundillo de la política: el aliado de hoy es el enemigo de mañana y el que tiene la “vaca atada” puede quedarse sin nada en cuestión de minutos. Sin embargo, más de un encuestador o analista diría que la reelección de Gustavo Melella es lo más cercano a algo seguro.

Con bajo perfil y voluntad de diálogo, Melella supo calmar a los grupos más conflictos históricamente, los gremios, y generar canales de diálogo fluidos con la oposición en la Legislatura, donde es raro que le reboten definitivamente algún proyecto que proponga.

Todo indicaría que Melella buscaría un nuevo período, probablemente compitiendo contra Juntos por el Cambio y quizás algún espacio marginal del peronismo. El “acuerdo” de repetir los cargos ejecutivos lo liberaría de quizás su mayor rival, el intendente de Ushuaia Walter Vuoto.

Río Grande y Tolhuin: dos buenos inicios que buscan continuar

Los casos de Río Grande y Tolhuin cuentan con ciertos paralelismos que nos permiten presentarlos juntos. Tanto Martín Pérez como Daniel Harrington transitan sus primeras experiencias en un cargo ejecutivo y han tomado un enfoque abocado a la obra pública en estos primeros tres años. Sin grandes conflictos a nivel político local, los dos intendentes tampoco cuentan con oposiciones cuantiosas o “revoltosas”. Aprovechando los fondos nacionales, ambos optaron por invertir en lo concreto de las obras, buscando así cimentar su base de votantes de cara a 2023.

Mientras en Río Grande se verá el mayor beneficio de este pacto entre los ejecutivos, dado que es la ciudad con mayor presencia de FORJA, en Tolhuin la elección será una escaramuza peronista de pies a cabeza.

Ushuaia: la re-reelección y la declaración de certeza

El caso de Ushuaia es quizás el que requiere de mayores intervenciones. Mientras que el resto de los intendentes y el gobernador tienen vía libre para un nuevo mandato, en el caso de Walter Vuoto habrá probablemente intervención de la justicia con una declaración de certeza. Que alguien va a impugnar su presentación no es ningún misterio; que es muy factible que le permitan presentarse para un tercer mandato, o un primer mandato bajo la nueva Carta Orgánica, tampoco. La jurisprudencia está y la intención de dejar la decisión en manos de las y los votantes también. En tiempos donde la palabra proscripción se usa de forma tan suelta, nadie quiere quedar pegado.

Si bien Vuoto es el que contará con más nombres de peso disputándole el cargo, también es el que cuenta con más experiencia en su puesto y el mejor resultado en su última elección: ese famoso 54% que empapeló diarios y revistas en 2019. La pandemia y el desgaste de la gestión habrá hecho mella en ese porcentaje, pero es un umbral más que interesante para tener.

Los sospechosos de siempre serán sus rivales: “Chispita” y “Tito” casi seguro que serán la competencia directa. La representante de Somos Fueguinos, Liliana “Chispita” Fadul, y el ¿ungido? Por Juntos por el Cambio, Héctor “Tito” Stefani, serán los que disputarán la silla de la intendencia, salvo algún acuerdo opositor que envíe uno a competir por la gobernación para no “comerse” votos. Una gran idea quizás, pero improbable conociendo a las y los involucrados.

La incógnita: las “vices”

Tanto en las fórmulas oficialistas para gobernación como intendencia de Ushuaia hay una interrogante: ¿Quiénes acompañarán las listas de estos candidatos?.

En el caso provincial el triángulo Melella-Urquiza-Martínez viene aquejando hace rato. Aunque nunca hubo un quiebre entre la alianza de FORJA y el MPF, representado por la vicegobernadora Mónica Urquiza, quizás hubo una crisis. Allí apareció el nombre de la vicepresidente del PJ a nivel provincial, Myriam Martínez.

Un poco a modo de ensayo y otro poco para subirse el caché político, el nombre de Martínez danzó sobre el cargo de la vicegobernación como reemplazo a Urquiza. Ahora, que las alianzas políticas parecen definidas y no habrá enfrentamiento Melella-Vuoto, no parece necesario para el gobernador salir a seducir al peronismo tradicional, relegando el espacio de su compañera de fórmula.

En Ushuaia, si bien no hay nombres, uno entendería que una de las mayores candidatas es la concejal Laura Avila, ex-secretaria de la Mujer y parte del riñón del vuotismo. Avila era uno de los nombres que más sonaba para ser la sucesora en la intendencia, si el actual mandatario optaba por pelear la gobernación.

Otro nombre que recorre los pasillos de la intendencia y el Concejo es el de Cristina López. La actual secretaria Administrativa y esposa del eterno Juan Carlos Pino representa a ese peronismo más tradicional que no es “orga”. Con una militancia apuntalada en el Centro Cultural, Social y Político “Nueva Argentina”, podría ser otra de las candidatas que le permitan a Vuoto unificar al Patido Justicialista totalmente bajo su figura.

Sorpresas: más concejales en Ushuaia y la irrupción de nuevas fuerzas políticas

El dato quizás más importante de todo esto viene de la mano de los resultados del olvidable Censo 2022. Con más polémicas que otra cosa, el Censo nos dejó un dato que abriría la puerta a nuevos espacios políticos en la capital provincial: 82.200 ushuaienses.

Si vamos al Artículo N° 117, de la Segunda Parte, Título Primero, Capítulo Primero de la nueva Carta Orgánica, nos vamos a encontrar con lo siguiente: “El departamento Legislativo está formado por un Concejo Deliberante integrado por Siete miembros, con una población de hasta 50.000 vecinos y vecinas; superado este número podrá incrementarse en un miembro por cada 10.000 vecinos y vecinas. En la convocatoria a elecciones podrá establecerse el número de cargos a cubrir no pudiendo exceder el límite total de 11 concejales y concejalas”.

Si la base son 7 concejales con 50.000 habitantes, habría que sumarle 3 nuevas bancas surgidas de este esquema de un nuevo concejal por cada 10.000 habitantes. Si tomamos en cuenta que ahora hay viceintendente o viceintendenta, el cuerpo podría estar conformado por un número par, dado que la figura del vice ejercería como presidente del Concejo Deliberante.

Tres nuevas significan grandes oportunidades para los partidos pequeños de capitalizar e integrarse al ecosistema político formal, dado que la fragmentación que hoy observamos en la ciudad de Ushuaia no indicaría más bancas en los espacios principales, sino el famoso bloque unipersonal; algo que ya empezó a insinuarse con los resultados de la Convencional Constituyente.

Entrando en el tema partidos, si bien las principales fuerzas políticas buscarán asentar su dominio por otros cuatro años, la elección no será una escribanía ni mucho menos. A nivel provincial encontramos la irrupción de nuevas fuerzas políticas, que han ganado peso, ya sea por su accionar en la coyuntura o ser las y los representantes de alguna figura nacional. Dos casos a mencionar podrían ser el de Somos Fueguinos y La Libertad Avanza.

En el caso de Somos Fueguinos, el resurgimiento del espacio en la opinión popular vino atado a la polémica por el nombre de la Casa de la Mujer, allá por fines de 2021, luego de una más que respetable elección de medio término. Los resultados acompañaron en 2022 en la elección de Convencionales en Ushuaia, donde la fuerza obtuvo tres bancas, aunque no logró dejar su marca en la nueva Carta Orgánica. Uno podría intuir que el espacio de Fadul buscará la intendencia con ella a la cabeza quizás, u optará por asentarse en una banca de la Legislatura esperando esa tan ansiada oportunidad que nunca termina de dársele. Quizás la mayor contra del partido es su mayor ventaja: todo está englobado alrededor de la abogada de apellido ilustre, contando con pocos nombres en la segunda línea como para pelear cargos.

La situación de La Libertad Avanza también tiene la aflicción propia del personalismo en la política. Hoy el espacio liberal es un nombre a nivel nacional: Javier Milei. Es el arrastre del tan polémico economista lo que nutre las filas de simpatizantes por el partido como posibles votantes. En pos de aprovechar esa ventaja coyuntural, podríamos decir con seguridad que los liberales saldrán a competir en todos los niveles, entendiendo que conseguir bancas en cualquiera de los estamentos sería un logro histórico que le permitiría al espacio comenzar a sentar bases más tradicionales.

Uno imaginaría que nombres como Agustín Coto y Samuel Muñoz Letizia, dos de las caras visibles de Republicanos Tierra del Fuego, conformarán listas junto a otros fundadores, buscando sumar extrapartidarios y gente “que no es de la política” para dar el golpe. Si nos guiamos por las encuestas, que pocas veces le pegan, la intención de voto de los liberales no es poca a nivel nacional y a nivel provincial, aunque menos, es un número para mirar con atención.

Febrero será aún más corto de lo normal este año, y con la vuelta de buena parte de las y los dirigentes políticos, comenzarán a diseñarse en su etapa final las alianzas y listas, teniendo un año de elecciones exprés, al menos en el nivel local y provincial. 

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