Periodista de Tierra del Fuego.

Muchos son los pequeños pasos que conforman un logro de gestión y otros tantos son los actores y actrices políticos que los hacen posibles. Para que una obra como la Avenida Los Ñires se complete, con sus 22.000 m2 de hormigón y 3 kilómetros de cordón cuneta, varias cosas se tuvieron que dar en cierto orden.

Primero, y nobleza obliga, la financiación propia de la obra es quizá uno de los puntos más importantes. En un mundo donde la política provincial y municipal depende tanto de los fondos del gobierno nacional, que Tolhuin gracias a la Ley Provincial Nª 1.300 cuente con el 0,5% de la masa coparticipable para obras, habla de un municipio que puede proyectar su infraestructura sin necesidad de depender de otros.

También, aunque muchas veces los criticamos, hay que reconocer que buena parte del arco político de Tolhuin supo entender la envergadura de esta obra, sancionando la Ordenanza 522/2020, algo que permitió a la Municipalidad de Tolhuin llegar a un acuerdo en cuotas por esta inversión de 127 millones de pesos. El Concejo Deliberante, con los votos de Rosana Taberna, presidente de la Comisión de Obras Públicas, y el apoyo de los ediles Norberto Dávila y Matías Rodríguez Ojeda permitió que el proyecto se vuelva una realidad.

En definitiva, esta obra aunque no parezca una empresa colosal a la escala de los trabajos que Ushuaia o Río Grande impulsan de forma diaria, para Tolhuin es un antes y un después. Son una docena de comercios que ven un cambio inmediato en su paisaje, pudiendo llegar a 50. Los Ñires, con su circulación doble mano, es una arteria que conecta los barrios de Provincias Unidas, Nacidos y Criados y el Barrio IPV, con casi 2700 vecinos y vecinas. Esto representa una nueva forma de moverse para nada más y nada menos que el 45% de su población. En un futuro, la obra alcanzará a 400 familias más, llegando a los barrios Altos de la Montaña y Laderas del Kamuk. Pensar en una obra que cambie de forma directa la vida de más de la mitad de los residentes de una ciudad es casi ilógico en el mundo moderno, pero para Tolhuin es un sueño hecho realidad.

La avenida no se queda en el tránsito o en cambiarle la cara a los comercios, sino que también traer arte y cultura a las calles, convirtiendo a Tolhuin en una galería a cielo abierto. Con sus bulevares ahora poblados por las esculturas realizadas en la fiesta de la Lenga, Tolhuin no piensa sólo en la infraestructura que hay que hacer, sino en integrar sus tradiciones e identidad, dando a sus turistas un espectáculo para recorrer a cielo abierto.

Otra gran ganadora con la obra es la Escuela Provincial Nº 45, Congreso de Tucumán. A la escuela del “pueblo” van más de 480 alumnos y alumnas, sin contar al turno vespertino del CENT 35, donde muchos aprovechan para terminar el secundario.

Hace un tiempo, hablábamos del cambio que necesitaba Tolhuin, pensando en una ciudad para todos y con infraestructura que tenga impacto en el día a día de sus habitantes. Hoy, ese camino se vuelve un poco más concreto, con una gestión que muestra interés de mirar hacia el futuro y con obras que lo demuestran.

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