Periodista de Tierra del Fuego.

Las vísperas de marzo son, generalmente, un período de intrínseca tensión entre gobierno y estatales, producto de las negociaciones paritarias en busca de equiparar los salarios al poder de compra que la inflación esfuma año a año. Muy a diferencia de sus predecesoras y predecesores, Gustavo Melella ha sabido mantener la armonía entre patronal y sindicatos, al punto que las paritarias terminan siendo una etapa efectiva de diálogo y acuerdo, algo inusitado en la provincia.

Esta semana, con el proceso de negociación avanzando en casi todos los frentes gremiales, parece útil hacer un pequeño repaso de cómo se desenvuelve la situación. Mientras ATE, ATSA y UPCN recién llevaron adelante su primer reunión en este intercambio de propuestas y montos con el gobierno, fue SUTEF el que parece ir adelantado al resto; siempre con el inicio de clases como punto crítico para mejorar los números reflejados en la boleta de sueldo.

Horacio Catena, secretario General del sindicato docente, es conocido por sus declaraciones incendiarias y un tanto curiosas, sobre todo en época de paritaria. Hace unos días, realizó una comparación entre los salarios en la época de Fabiana Ríos y el actual. A donde llega la parte más jugosa del discurso es en la moneda utilizada: Catena recalcó que el salario inicial docente rondaba los 1.333 $USD, mientras que en la actualidad, está cerca de los 500 dólares. Sacando la validez parcial del planteo, dado que no son correlativas la devaluación y la inflación sino dos causas interrelacionadas que derivan en la pérdida del poder de compra, el punto que me gustaría marcar es otro.

Quizá a más de uno, como a mí, le puede fallar la memoria en algunos casos, y parece que también este es el caso del secretario General. Allá lejos y hace tiempo, lo que Catena usa como referencia de un salario, a su entender más apropiado, fue también la época donde él junto con otros docentes fueron exonerados debido a la toma de la Casa de Gobierno en plena disputa salarial. Los tiempos eran otros, y las relaciones políticas también, pero nos deja claro dos cosas: la memoria puede ser engañosa y si los salarios estaban en malas condiciones en aquel momento, no hace ni falta describir como están ahora en general.

No obstante de los planteos que Catena pudiese hacer en el futuro, lo cierto es que las pretensiones serán mucho más modestas en las paritarias que en las declaraciones a medios de comunicación. Hoy, más que nunca con todos los ejecutivos de la provincia en sintonía, las mejoras salariales en todos los ámbitos de la administración pública seguramente contarán un cariz similar, a fin de evitar presiones por cifras más elevadas. Lejos quedaron las “carpas” o tomas de edificios regulares de tiempos pasados; el melellismo a pesar del escepticismo inicial de los gremios, ha demostrado estar abierto al diálogo y no dar mucha vuelta con los números. Si incluimos el período de “Pax Romana” que transita la política fueguina, los acuerdos serán la norma que rija en el futuro inmediato.

Aunque las negociaciones seguirán su curso en las próximas semanas, todo parecer indicar que las resoluciones favorables están en camino. El acuerdo, es una cuestión de cuánto tiempo, no de posibilidad.

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