Profesional de enseñanza primaria. Docente en contextos de encierro. Representante docente JCyD. Directora jubilada.

María Rosa Lida nació en Argentina, medio porteña, medio ucraniana. Su apellido fue anotado a medida de nuestro idioma (como tantos otros), viajaba desde Ucrania con sus padres y sus hermanos mayores. Ella sería la pequeña niña genia de la familia.

El nombre de sus hermanos también sería castellanizado y convertido en Emilio y Raimundo. Tanto fue el anhelo de sus padres que sus hijos e hija se adaptaran al nuevo destino que los dos menores de dedicaron a la filología (se define con este término a la ciencia que estudia los textos escritos, la estructura y la evolución de la lengua y su desarrollo histórico y literario). Si bien su familia hablaba idish nunca dejaron de estimular a sus hijos e hija para que abrazaran con pasión la lengua española. Así María Rosa se constituyó como miembro de la Real Academia de Lengua Española y posteriormente formó parte de la Academia Argentina de Letras.

El 26 de septiembre de 1962, cuando solo contaba con cincuenta y dos años, María Rosa pasó de ser una mujer intelectual a un mito. La originalidad artística de “La Celestina” mostraba su docto fulgor. En ella resplandecía la riqueza del arte de la Edad Media y el Siglo XV diseñaba las novedades renacentistas por las que la literatura se dejaba atravesar.

Esta mujer no solo fue una intelectual, fue notable, fue única, su estudio de las letras dejó ideas de la profundidad de las tradiciones grecolatinas en la poesía española, aunque su familia provenía del viejo Imperio Astro Húngaro. Su atención se puso sobre “La Celestina” y el Siglo de Oro, junto a Lope de Vega fraguaron su obra original.

La revista Sur de Victoria Ocampo la contó entre sus colaboradores más destacados. En la época del peronismo la revista debe mudar su staff a México D.F. y María Rosa marcha con ellos.

Yakov Malkiel, también era un filólogo reconocido en Estados Unidos, la vida y la profesión los une, aunque brevemente. Su intercambio epistolar dio lugar a estudios de la copiosa correspondencia intercambiada durante el período de noviazgo entre ambos. Así creció y nació “Amor y filología”, el famoso epistolario de tan eximia pareja. Por momentos parece una “novela rosa”, por otros un juego ecléctico de seducción y por otros llega el “amor con locura”.

Las confidencias de las cartas llegan al corazón, sin duda Yakov Malkiel era su amor. Una novela romántica con final feliz, difícil arte dentro de la literatura.

En sus cartas comparten proyectos de carácter académico, pero mas tarde florecen pensamientos e intenciones de orden personal y profunda.

Dos almas nacidas desde la investigación y unidas por la evolución del lenguaje.

Los sistemas lingüísticos y literarios abarcaron la vida de María Rosa Lida, ella tomó el curso de la conversación leve al oído del lenguaje.

Cuarenta y dos cartas contaron su amor, declararon su verdad sin reservas.

Ellos hicieron de la conversación un arte claro, grande y emotivo y lo llenaron de diferentes colores. El color de la palabra.

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