Se trata de emprendimientos familiares en los que los productos son ofrecidos mediante la venta ambulante en los comercios y oficinas públicas o bien en las puertas de las casas. Una actividad que crece frente a la falta de empleo.
Potenciadas por la pandemia producto del COVID-19, Tierra del Fuego no quedó exenta de la crisis económica. Ante la falta de oportunidades de empleo muchas personas optaron por emprendimientos gastronómicos informales.
En la ciudad de Ushuaia podemos observar diferentes sectores con puestos de comida improvisados en las veredas o montados en sectores donde hay más circulación de personas.
En los accesos a distintos barrios de la ciudad se puede observar parrillas, venta de maples de huevos, torta parrila, entre otros.
En otros casos, las oficinas estatales son el mejor aliado de los vendedores, quienes se acercan en las primeras horas de la mañana, ofreciendo diferentes propuestas para el desayuno o bien al medio día con carritos repletos de comida para aquellos trabajadores que no tienen almuerzo.
Algunos cuentan con posnet para que puedan pagar con tarjetas de crédito o incluso utilizan la modalidad de anotar todo lo que consumen durante un mes y lo abonan cuando el empleado cobra el sueldo.
Consultado con uno de los emprendedores, indicó que “comencé con la venta de pan casero en el año 2018, antes me dedicaba a la construcción, pero tengo 62 años y ya no puedo hacer trabajos de fuerza”.
“Me levanto a las cinco de la mañana para preparar pan, medialunas y pastafrola y venderlos calentitos. Ofrezco en las oficinas de gobierno y otros días en los locales comerciales, en estos años me hice mis clientes” aseguró.
En cuanto a si esta es su única fuente de ingreso, contó que recibe una ayuda a través del Programa Red-Sol de Gobierno provincial y en este momento se encuentra realizando sus elaboraciones en un espacio que le prestó el partido político ECoS donde posee cocinas industriales lo que “facilitó la producción”.
Esta nueva modalidad de venta que se ve acrecentada y se puede visualizar en las calles de nuestra ciudad, no como un estado de independizarse sino un nuevo recurso de aquellas personas que quedaron por fuera del sistema laboral.
