Licenciado en Estudios Orientales. Posgrado en Negocios y Comercio de Asia Pacífico e India. Política Internacional; extremismo religioso.

Con la victoria de Apruebo Dignidad en el ballotage chileno por sobre el Partido Republicano, el país trasandino tendrá a partir de marzo gobierno nuevo y al primer mandatario más joven de su historia: Gabriel Boric. Con el 55,8% de los votos, Boric superó a su rival Kast por más de 11 puntos de diferencia, en una elección atípica que no contó con los partidos tradicionales. ¿Qué propone Boric y cómo podría cambiar la política chilena?.

Corren tiempos de cambio en la República de Chile. Con la victoria de Gabriel Boric, el 11 de marzo Chile verá no sólo a su presidente más joven en 200 años de historia, sino que tendrá un nuevo partido a cargo de los destinos del país. Con 36 años, Boric abre la puerta a un cambio generacional con respecto a los otros mandatarios que lo precedieron, así como la inauguración de una nueva fuerza principal con Apruebo Dignidad.

Históricamente, Chile tiene dos fuerzas hegemónicas: la Alianza, que agrupaba a la Unión Demócrata Independiente, la Renovación Nacional y otros espacios en general vinculados con la derecha y centro derecha. Del otro lado estaban los partidos Comunista, Izquierda Ciudadana y el Movimiento Amplio Social o MAS, también conocidos como Nueva Mayoría o Chile Vamos en 2015.

2021 fue un año distinto en los comicios del país vecino. Ni la centro derecha ni la centro izquierda, los espacios históricos, lograron conectar con los votantes. En cambio, podríamos hablar de una radicalización; Boric y Kast son opuestos en extremos del amperímetro político. Sin caer en el autorreferencialismo, si pasamos los espacios políticos a clave argentina el ejemplo sería sencillo: hoy un espacio más cercano a lo que podrían representar Nicolás del Caño o Manuela Castañeira le ganó a Gómez Centurión. En ese escenario, los equivalentes al Frente de Todos y Juntos por el Cambio fondearon la tabla y el tercero en discordia, Franco Parisi el liberal que hizo campaña online desde Estados Unidos, sería una especie de Milei.

Con un resultado que pocos habrían vaticinado un año atrás, Kast y Boric fueron a segunda vuelta. Ahora, en el ballotage, el candidato progresista no sólo logró remontar los comicios, algo inédito en Chile, sino que fue el más votado desde los años 90 con 4,2 millones de sufragios. Boric, de 36 años, ingresará el 11 de marzo a la Casa de la Moneda buscando un enfoque distinto y más cercano al pueblo para tratar algunos de los debates políticos más postergados en Chile: la nueva Constitución y el sistema previsional privado.

Ahora bien: ¿Qué podemos esperar de la gestión de Boric en sus primeros meses? Aunque la victoria sea histórica, el flamante presidente electo deberá enfrentarse a desafíos como recomponer la economía post-pandemia y generar los consensos necesarios para volver una realidad dos de sus promesas más importantes: la condonación de las deudas bancarias por estudios superiores, recordemos que la universidad en Chile es privada, así como el tema de las Administradoras de Fondos de Pensiones, el sistema previsional privado.

En el medio de lo que serán sus primeros 100 días en el cargo Boric también tendrá que ser una figura política que incline la balanza en la convención constitucional que el país atraviesa y espera en julio ver el nuevo texto a plebiscitar. Ahora la izquierda, con impulsos renovados gracias a la victoria en los comicios, podría buscar cambios de mayor profundidad y “acordar” menos puntos con los sectores más conservadores.

Sin embargo, la gran mayoría de los analistas políticos coinciden que el mayor desafío de Boric será aunar al pueblo bajo su imagen. Chile, posterior a la dictadura de Augusto Pinochet, siempre tendió por candidatos más centristas y conciliadores. Aunque la campaña no llegó a puntos de “cancha embarrada” a los que estamos acostumbrados en Argentina, los segundos cuadros de Boric y Kast realizaron declaraciones polémicas sobre el otro espacio. En el imaginario popular, que habrá que ver el grado de realidad que tiene a la hora de ejecutar políticas públicas, Boric es la izquierda más extrema, mientras que Kast fue en más de una ocasión, y por más de un medio, relacionado directamente con el dictador chileno.

Ahora, ya con los resultados sobre la mesa y las felicitaciones entre presidente saliente (Piñera), el derrotado (Kast) y el presidente que asumirá en marzo (Boric), parece haber quedado en chicana de campaña lo antes mencionado. Ahora Chile, con una impronta que tendrá seguramente más sintonía con países como Argentina, Bolivia y Venezuela, buscará transitar un complejo camino de reformas estructurales en busca de la equidad entre todos sus habitantes.

DEJA UNA RESPUESTA

Please enter your comment!
Please enter your name here