Profesional de enseñanza primaria. Docente en contextos de encierro. Representante docente JCyD. Directora jubilada.

Hebe Uhart había nacido en Moreno (Provincia de Buenos Aires) allá por el año 1936, un 2 de diciembre. Su madre era docente y contaba relatos para su pequeña hija. Esos cuentos la mostraban como una gran narradora, al decir de la propia Hebe, ya siendo adulta, que “…los italianos son muy libres de palabra”.

Su vida transcurrió entre libros, ella afirmaba que desde que tenía recuerdo la acompañaban imágenes de niños frente a coloridos lápices.

Estudió Filosofía en la Universidad de Buenos Aires y fue docente de nivel primario, secundario y universitario, recorrió todos los niveles educativos.

Hebe creó “El budín esponjoso”, “Camilo asciende”, “Animales”, “Viajera crónica”, “Del cielo a casa” y tantos otros compilan cuentos que relatan secretamente las costumbres del mundo del interior.

Hebe también era una escritora aparentemente misteriosa que en “Camilo asciende” acopia lo mejor de los inmigrantes pobres. Esos personajes con vivencias únicas, auténticas que han echado anclas en el barro de la necesidad y el olvido. Una vida común con matices rurales. Gente simple con aventuras por contar. Así Hebe sacó partido de lo cotidiano y logró elevarlo al nivel de lo universal. Mostraba los detalles, esos mismos que dejaban ver de forma transparente su personalidad abierta, extrovertida y generosa.

Además ella tenía un gusto especial por Asunción, varias crónicas de sus viajes remiten a la República del Paraguay y el uso de “un lenguaje de entrecasa” que acerca lo relatado en público a lo privado, pero lo mejor sin duda son los ejemplos repletos de picardía y humor; los cuales Hebe compilaba de forma prolija y afirmaba: ”…el castellano que se habla en Paraguay tiene impronta guaraní, la frase se construye con la anexión de dos sustantivos: en vez de ladrona de coches, la robacoches. En vez de barrio que mira al lago, Barrio Miralago. En vez de plata enterrada: un plataentierro. En un lenguaje sintético que inventa palabras nuevas”.

Humor, matices y una mirada atenta hicieron de ella una artesana de los relatos cortos. Su literatura doméstica, pueblerina y rural dio luz a historias de sueños, pero también de desconsuelo.

Hebe además de ser escritora fue maestra rural, maestra de escritores y ante la pregunta en uno de sus talleres literarios de parte de una colega sobre las etapas para que un niño pueda escribir un cuento su respuesta acertó como una flecha en el corazón del atento público. Ella decía:” Cuando mejores los cuentos, la didáctica se puede obviar si el material es interesante. Sugiero “Cuentos de la Selva”, de Horacio Quiroga, que es como un Christian Andersen latinoamericano”. La importancia de lo simple, pensar fácil sin dejar de lado lo central.

Falleció el 11 de octubre del año 2018 en Buenos Aires.

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