La eterna batalla por el poder en Argentina no es algo que nos sorprenda. Parece que la gestión y la política siempre están más enfocadas en ganar unos centímetros de terreno en este juego de suma cero aplicable a todos los niveles legislativos de nuestras instituciones. De ese tira y afloje constante, muchas veces terminamos observando comportamientos contradictorios, donde un candidato da un giro de 180° a fin de obtener un beneficio con respecto a su adversario. Las leyes parecen lo de menos, lo importante pasa por sacarle algo al otro.
Este martes presenciamos otro juego político y un fueguino estuvo en el ojo de la tormenta del mismo. Héctor “Tito” Stefani, diputado nacional y candidato para renovar su banca exponía no hace tanto en un video que el 73% de las muertes en Argentina son ocasionadas por enfermedades crónicas no transmisibles. Según su análisis, una de las causas era la mala alimentación, algo remediable con una Ley de Etiquetado Frontal que presentaba para “mejorar la salud de los argentinos y los fueguinos”. No obstante, en la sesión que trataría la nueva normativa, el diputado no se presentó, parte de una maniobra de la oposición para negociar el tratamiento de otros proyectos a modo de acuerdo. De esta acción, un tanto inentendible me surgió una pregunta ¿Qué pesa más en la política: las ideas o el poder?.
Nuestro sistema legislativo está pensado como una herramienta de contrapesos y balances que busca primordialmente el consenso de los representantes elegidos por el pueblo, a fin de generar, modificar o quitar leyes en favor de la ciudadanía. La idea final es que quiénes ocupen una banca nos representen: nuestras necesidades y nuestras opiniones.
Cuando “Tito” salió a hacer campaña por la Ley de Etiquetado Frontal habló de un problema que aflige a muchos argentinos y fueguinos: enfermedades que derivan de un estilo de vida que no es saludable. Si bien elementos como la falta de ejercicio, el consumo de alcohol y tabaco influyen, el punto de la alimentación parece ser donde la estructura estatal puede hacer más mella, controlando la falsa publicidad de productos y obligando a exhibir qué hay dentro de lo que consumimos. Esta semana Stefani optó por seguir la directiva del partido por sobre su propio proyecto. Parece que el verticalismo no es exclusivo al peronismo y los representantes de Juntos por el Cambio, como diría Juan Domingo Perón “en el fondo, todos son peronistas”.
Mucho se habló y se habla sobre las razones para no bajar al recinto de la oposición: que intentaban negociar la Ley de Boleta Única, una reforma de la Ley de Alquileres, la emergencia educativa o que simplemente, el peso del lobby del sector empresario alimenticio había doblegado la voluntad del interbloque.
Con negociaciones truncas, Juntos por el Cambio no bajó y en su primer sesión presencial desde el inicio de la pandemia Diputados no logró sesionar. Parece que la derrota electoral del Frente de Todos a nivel nacional dejó sangre en el agua y JxC “aprovechó” la situación para ganar la predominancia en el Congreso. “Si hoy somos el partido predominante ¿por qué no manejar la agenda?” inferiría uno que es la posición tomada por los ganadores de las PASO. Si bien este tipo de acciones son parte del juego político cotidiano y las han hecho todos, hasta los que hoy se quejan del “capricho” de la oposición, no deja de ser un mecanismo incorrecto y perjudicial para el normal funcionamiento de las instituciones. Menos se entiende la postura de Stefani, que bregó por la ley y hoy pone al partido por delante de las necesidades de quiénes lo votaron para ocupar su cargo. Si la ley se ha modificado fuera de su intención inicial, vale con aclararlo y buscar un acuerdo para alcanzar un punto medio de negociación, no sentarse en la mesa es hacer lo que desde la oposición se le criticó toda la vida al oficialismo: tomar decisiones unilaterales.
La semana que viene habrá un nuevo intento por llevar adelante la Ley de Etiquetado Frontal, ahora si con ciertas negociaciones de por medio para que el proyecto se vuelva una realidad. La Ley no va a solucionar los problemas de malnutrición ni mucho menos, la idea final del proyecto, al menos a mi humilde entender, es brindar más información al consumidor de forma rápida y directa sobre lo que consume, intentando que se tomen mejores decisiones. Esperemos que Stefani esté en su silla en esta ocasión, para poner en acciones lo que fueron sus palabras de no hace tanto.