Hoy quiero contarles acerca de dos Palacios en las afueras de París. Uno mundialmente conocido y el otro no tanto pero con historia enriquecedora.
Cuando uno visita la capital de la moda tiene múltiples opciones de excursiones en la ciudad, sin embargo, los alrededores tienen infinidad de atractivos para conocer. Esta semana quiero transportarlos a los Chateaux, así le dicen a los Castillos en francés, a tan sólo una hora en tren desde París.
El Chateau de Chantilly, situado en Oise, es una de las joyas del patrimonio francés. Esta antigua residencia principesca se divide en dos. Por un lado, está el pequeño castillo del siglo XVI, y por el otro, el gran castillo del siglo XIX. La riqueza de este edificio se debe en parte al trabajo de Enrique de Orleans, el duque de Aumale, heredero del último príncipe de Condé. Gran coleccionista y bibliógrafo, transformó el castillo en un importante museo de arte e historia. El museo Condé alberga una importantísima colección de pinturas antiguas, la segunda después de la del Louvre. Esta colección ha sido la misma desde el siglo XIX por decisión del duque. Mientras uno hace el recorrido, puede apreciar el gabinete de libros, lugar de lectura y trabajo, donde existen miles de obras, incluidos manuscritos medievales que datan del siglo XI. Los ambientes están totalmente amueblados, decorados con objetos y pinturas de la época, en definitiva su interior esta lleno de historia, de cultura palpable, no podes creer que estés viendo libros que poseen cientos de años.
A mi entender, su exterior, es imperdible, hay que tomarse el tiempo necesario para pasear por el inmenso parque de 115 hectáreas, contemplando los jardines franceses, el Gran Canal, el jardín inglés, la casa de Sylvie, bordeada por un gran estanque.
Otro de los sectores que me encantó, fueron los grandes establos, el Museo del Caballo es lúdico e interactivo, posee 200 obras relacionadas con el caballo y su historia. Según la época del año, también es el escenario de espectáculos ecuestres que deleitan a grandes y niños.
Una vez finalizada la visita, nos tomó alrededor de dos horas, fuimos al pueblo y felizmente almorzamos y de postre pedí unas crepes con crema Chantilly para terminar un día de ensueño.
El otro Palacio, de renombre mundial, conocido, es el de Versailles. Edificado en el siglo XVII, obra maestra del arte clásico. Símbolo de la desmesura, majestuoso edificio construido durante la monarquía francesa. Declarado patrimonio mundial de la UNESCO, de no creer, este castillo cuenta con 700 habitaciones y 2513 ventanas, fue construido en dos etapas, el llamado castillo viejo, antigua residencia rodeada por el patio de Mármol, fue levantado en 1623, durante el reinado de Luis XIII. Cuando llegó al poder el Rey Sol Luis XIV mandó a enriquecerlo, ya que le había parecido demasiado pequeño, decidió ampliarlo entre 1668-1670. Fue así, que esta parte corresponde al castillo nuevo que hoy alberga los suntuosos Grandes Apartamentos. Cuando uno recorre el castillo, va descubriendo los muebles y obras de la época, tuve la oportunidad de ir dos veces, y siempre estuve con audio guía, la verdad es super interesante ya que te va mechando la historia con cada objeto de cada ambiente. Sin dudas, uno de los mas llamativos e importantes a nivel historia y lujo es la Galería de los Espejos, íntegramente cubierta con 357 espejos, una gran obra maestra. En el siglo XVII se consideraba como autentico lujo, pero también incorporó un gran cambio, el que los invitados pudieran verse de cuerpo entero. Luego tenemos otras galerías de las cuales, me quedo con el de las Batallas, colmada de cuadros que hacen alusión a los grandes acontecimientos militares de Francia. La capilla dedicada a San Luis, un poco tenebrosa por la oscuridad pero no obstante algo increíble su interior, me hice la película en los Apartamentos del Rey y de la Reina, ya que había visto la serie de Netflix Versailles, y por último la Ópera Real.
Como todo Castillo, se visita en su interior, pero también tiene su gran apuesta, el exterior que lo rodea, la verdad que lo describiría con la palabra inmensidad, con una vista abierta, de cientos y cientos de metros. Podes visitar sus jardines caminando o tenes la opción de alquiler carritos de golf. Fue declarado también Patrimonio Mundial de la UNESCO, cuenta con 815 hectáreas de superficie, sus jardines de estilo francés fueron realizados por Andre LE Notre a pedido del Rey Sol Luis XIV. Posee varias secciones, El Gran Canal, te invita a comenzar el paseo, es un gran museo al aire libre, llena de esculturas clásicas. Encontramos estatuas, fuentes, estanques, bosquecitos, con una simetría única. El estanque mas conocido es el de Neptuno y Apolo. Los días soleados podes disfrutar mucho mas el paseo, perderte en esto bosquecitos, contemplar los diferentes verdes de la vegetación, o simplemente sentarte en un banquito frente a alguna fuente mirando el paisaje y a los turistas pasar.
En verano, existen fabulosos espectáculos aquí en el parque, como las Grandes Aguas Musicales, las Fiestas Nocturnas y las Grandes Aguas Nocturnas, sinceramente simplemente admiración ante tal belleza.
Dejé para lo último el tema de los ingresos, en el caso del de Chantilly, no es necesario comprar los tickets con antelación, como les comenté no es tan conocido, por ende no desborda de visitantes, en cambio, el de Versailles, si, es estrictamente necesario sacar los ingresos, podes hacerlo con un rango de hora para el acceso, es mucho mejor, si llegas a ir sin los tickets, tenes una fila de mas de 500 metros. Además no se olviden que hay cupos de ingresos.
Agradezco el haber tenido la oportunidad de conocer dos joyas de la cultura francesa, en Versailles, me transportó al pasado, a la monarquía, a las grandes fiestas, al lujo extremo, a lo exorbitante, algo imposible de creer. Y Chantilly, me llevó a la historia mas de la cultura de esa época, sin reyes, sin locuras, sin exageraciones, simplemente conocer el día a día de la nobleza. Gracias Francia!!!
