En un conflicto que arrancó hace dos meses por falta de pago, la sucursal de Garbarino de la ciudad de Río Grande permanece cerrada ante el reclamo de los trabajadores. «Quizás cerraron porque sabían que veníamos, ya hicimos la presentación en el Ministerio por la falta de pago que vienen sufriendo desde marzo. La empresa dijo que iba a regularizar los sueldos, pero al momento no lo hicieron” manifestaron desde el Sindicato de Empleados de Comercio.
Todo comenzó cuando en las últimas semanas, la cadena de electrodomésticos aceleró el cierre de sucursales en todo el país. La empresa, que era una firma familiar, después de un largo proceso, el año 2020 pasó de las manos de la familia fundadora —que le dio el nombre— al empresario Carlos Rosales, presidente de la aseguradora PROF y protesorero de San Lorenzo de Almagro. La operación se acordó el pago de salarios atrasados y una inversión de $2.000 millones en un período de 18 a 24 meses.
Ahora, nuevamente la firma, se encuentra en un proceso de venta o incorporación de nuevos socios. El interesado es Facundo Prado, presidente de la operadora de televisión por cable e internet Supercanal Arlink, y CEO de la empresa Centrocard. Desde el entorno del empresario aseguraron que están negociando con un contrato de confidencialidad y aún faltan cuestiones sin resolver lo que podría llevar algunos días más de análisis.
Más allá del negocio que pueda realizarse entre los nuevos socios, lo cierto es que también la empresa está en un proceso de cambio de negocios ya que fruto de las restricciones de la cuarentena impuesta por la pandemia cerraron los shoppings y locales comerciales. Ahora, la idea es reforzar los canales de comercio electrónicos.
Esas restricciones a la venta en locales físicos impactaron de lleno en el giro financiero de Garbarino, si a esto le sumamos que muchos bancos y hasta el mismo Estado nacional comenzó a vender electrodomésticos desde sus propios sitios digitales, comprándoles directamente a los fabricantes, aparece «una competencia que antes no existía».
En este proceso de venta o de suma de socios, esta en discusión la adquisición del total del paquete accionario o solo una parte. También está sobre la mesa la venta de sólo unas unidades o todo el grupo,que incluye otras cinco firmas, además de Garbarino: su vertical de turismo (Garbarino Viajes), la cadena Compumundo, las fábricas Digital Fueguina y Tecnosur en Tierra del Fuego, y la financiera Fiden.
Tengamos en cuenta que estas firmas nacionales y en algunos casos internacionales están revisando los sistemas de ventas y reconvirtiéndose, lo que implica no solo el cierre de sucursales sino achicar personal y eso va a impactar mucho sobre todo en ciudades pequeñas.
Desde Garbarino reconocieron que están en un proceso de “reconversión” y que, siguiendo los nuevos patrones de consumo, están redefiniendo el sentido de los locales, “Hoy no es necesario contar con grandes locales, sino que la demanda nos orienta a tener la misma cantidad de locales o más, pero de menor tamaño, donde el cliente pueda retirar lo que compró desde su móvil o notebook. La empresa más grande del país no cuenta con locales físicos y nadie se los reclama, nosotros tomamos lo bueno de las empresas líderes y además innovamos y favorecemos la operatoria de los clientes”, explicaron.