Periodista de Tierra del Fuego.

Las nuevas restricciones impuestas por el Gobierno Nacional, a fin de reducir los contagios de COVID, empezaron a mostrar cuál será su impacto real al mediano plazo. Los anuncios de “cierres intermitentes” mencionados por la ministra de Salud, Carla Vizzotti, aunque sin fecha, ya nos pintan un panorama de una difícil temporada invernal. Sin previsibilidad y confianza, será complejo vender paquetes y pasajes para remontar una ya tercera temporada de capa caída.

Si a ello le sumamos situaciones similares a las del confinamiento de este fin de semana, donde los pasajeros que viajaron se quedaron sin actividades por el cierre, las perspectivas de esparcimiento en el turismo son escasas. La frutilla del postre fue la declaración, en este caso de la ministra de Seguridad Sabrina Frederic: “quienes viajaron el fin de semana no podrán volver a sus casas hasta que termine el confinamiento”. Con estas condiciones, es casi imposible que alguien se aventure a recorrer todo el país para llegar a la isla. Si lo hiciesen, podrían terminar quedándose más días de lo esperando, sin hablar que quizá pasen su estancia recorriendo más la habitación que la ciudad.

En una entrevista con TN, el presidente de la Cámara Argentina de Turismo, Aldo Elias, habló primero sobre la complicación del feriado, que primero fue removido y luego reinstituido, lo cual ya “complicó la situación aún más, sin hablara de los que llegaron a salir de viaje y ahora están varados, salvo que el destino en particular no tenga una situación tan compleja como el resto”.

Si hablamos de números, desde la Cámara afirman que se pierden 226 empleos por días, con ya casi 2.000 hoteles cerrados, 1.000 agencias de viajes e innumerables establecimientos gastronómicos. Elias recalcó que “el turismo funciona por los principios de previsibilidad y confianza, justamente estos dos se ven profundamente afectados desde el inicio de la cuarentena en marzo de 2020. Lo que ocurrió este fin de semana largo, que a 8 días de iniciarlo decidirlo levantarlo y correrlo para el 13 de agosto, para luego volver sobre sus pasos, le quita la confianza a la gente. Uno no sabe que hacer, si comprar el viaje o no”.

Si hacemos foco en la provincia, una temporada mala de invierno, con nuevos cierres o poca planificación del ejecutivo que derive en la gente optando por no salir, terminaría de cerrar a los que sobrevivieron 2020. Hoy otro problema relacionado a la crisis sanitaria abre una puerta para la provincia: los requisitos europeos en temas de vacunación, podrían ser una oportunidad de mercado para Ushuaia. Como bien sabemos, la Unión Europea estableció un pasaporte sanitario para el ingreso a los distintos países parte del Shengen (entre los que encontramos a España, Italia, Francia Alemania, Grecia, etc) donde las vacunas Sputnik V y las fórmulas chinas aún no han sido aceptadas. Allí estaremos hablando de un mercado “premium” de turistas argentinos, que teniendo en cuenta el valor del Euro y las restricciones de vacunas, podrían optar por un destino nacional. No obstante, sin una planificación seria y previsión de cuáles serán las condiciones de aquí a unos meses, resultará difícil convencer a la gente a comprar un paquete turístico o sacar un vuelo que podrían no usar por varios meses, ni hablar del costo que le representa a las empresas del sector, ya sea en devoluciones o en cobrar algo hoy y brindar el servicio en seis meses, con costos muy diferentes.

Si bien se entiende que algunas situaciones son de fuerza mayor, resulta un poco curioso que las medidas parezcan totalmente improvisadas a la hora de hablar de restricciones, ya sea por la cantidad de días o la definición de un día para el otro. Hoy vemos funcionarios como Berni hablar de “una necesidad de una cuarentena de 14 días como mínimo”, ya empezando a generar la sensación de otra eterna cuarentena. Sin vacunas a la vista y un formato claro que defina cómo será nuestra situación de circulación para julio y agosto, parece casi imposible convencer a alguien de apostar por un lugar de vacaciones.

La provincia, que tiene una de sus principales fuentes de trabajo privadas en el turismo, deberá contar con nuevos planes de apoyo para solventar la situación, quizá más efectivos que el PROGRESO. Si sumamos la temporada invernal de 2020, la de verano 2020/21, que tampoco fue tan buena y la invernal de este año, ya son tres ocasiones donde operadores turísticos y empresas “van a pérdida”. En ningún lugar del mundo, menos Argentina, un emprendimiento puede sobrevivir tanto tiempo con números en rojo. La situación es crítica, y parece no haber grandes respuestas desde el Ministerio de Turismo y Deportes nacional. Sin grandes definiciones del ministro Lammens, donde se trate de alcanzar un punto medio entre salud y turismo, veremos otro invierno escueto en lo que refiere a visitantes.

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