Esta ciudad tiene la particularidad de estar localizada en la frontera con Francia y Alemania, sobre el rio Rin, al noroeste de Suiza. Es la tercera mas poblada del país luego de Zurich y Ginebra. Es la segunda economía mas grande de Suiza. Basilea es uno de los centros mundiales de la industria farmacéutica, en términos de valor, más del 94% de las exportaciones se realizan en los sectores químico y farmacéutico algo increíble si de números hablamos. También encontramos la sede del Banco de Pagos Internacionales. Conocida como la capital cultural de renombre suiza, encontramos gran cantidad de museos desde el Museo de Arte de Basilea, la Fundación Beyeler así como también se realiza en la ciudad la feria anual de Art Basel, la mas importante del mundo.
Históricamente esta ciudad tuvo muchísimos asentamientos culturales con el correr de los siglos, sus primeros habitantes fueron los celtas 40 a.c., a partir de ahí pasaron infinidad de pueblos como lo romanos, los alemanes formando el Imperio Sacro Romano Germánico, y así sucesivamente hasta llegar a nuestros días siendo una ciudad de gran importancia para Europa. Cuentan que en la primera época de la aparición de la imprenta, se convirtió en el centro editorial sin censura, algo no menor a tener en cuenta. Si hablamos de educación aquí encontramos la Universidad mas antigua del país con una exigencia académica notable.
Luego de esta breve introducción para que tengan un panorama general del destino, les cuento que llegué a la ciudad con una pequeña anécdota. Arribé bien tarde de noche al aeropuerto, sin saber que era el único aeropuerto binacional del mundo, así como lo leen, cuando llegas tenes dos pasillos, tipo elige tu propia aventura, uno por el que te lleva al lado francés y el otro al lado suizo, que hice? Ingresé por el francés, y lo mas gracioso, a pesar que salís a la calle, tiene una especie de división de rejas donde no podes cruzar al lado suizo, por ende, tuve que volver a entrar al aeropuerto y retomar el lado suizo. Esto lo necesitaba hacer ya que tenía que tomar un bus al hotel el cual era suizo. Vale aclarar que si viajas a Basilea, el ente de turismo te otorga una tarjeta para que puedas trasladarte sin costo por toda la ciudad en transporte público mientras dure tu estadía, muy de primer mundo.
Lo bueno de esta ciudad es que podes recorrerla caminando, en sí tiene su casco histórico y un poquito mas alejado todo lo que se refiere a universidades, edificios públicos, etc. El tránsito es super ordenado y ante todo respeto al peatón. Llegué en otoño, el clima bastante fresco, nublado y con neblina, típico de la región, me mimeticé con el entorno disfrutando de esta ciudad boutique.
El protagonista sin dudas es el rio Rin, paré en cada puente para sacar una tras otra foto, el paisaje era único e irrepetible. En mi opinión existe el lugar perfecto para punto panorámico, es una gran terraza llamada Pflaz que te permite ver a ambas orillas del rio, justo detrás de la Catedral, uno de los símbolos de la ciudad, el edificio religioso que no podes dejar de ver. Se caracteriza por sus dos altas torres en estilo gótico, que sobresalen con el resto de la arquitectura a lo largo del río. Fue construida en la edad media y reconstruida en numerosas ocasiones a lo largo de la historia. En el interior de esta iglesia protestante se encuentra la cripta que contiene los restos del filósofo y humanista neerlandés Erasmo de Rotterdam. El Programa de Intercambios Académicos Erasmus lleva su nombre, en homenaje al carácter multinacional y europeísta que atesoraba. Se trata de una visita imprescindible y muy interesante. Junto a la Catedral de Basilea se encuentra la Münsterplatz, una plaza donde se realizan todo tipo de eventos a lo largo del año, en mi caso particular, octubre, se festejaba la feria de otoño, donde encontras un pequeño marcadito con comida típica regional acompañado de una especie de mini parque de diversiones para niños incluida la vuelta al mundo, realmente muy pintoresco. Me comentaron que es la feria previa a la de navidad donde ahí decoran de manera alusiva llenado de luces y adornos navideños toda la zona.
Otro de los atractivos mas populares en este destino es la fuente Tinguely, fue creada en 1977 por el artista suizo que lleva el mismo nombre, formadas por nueve esculturas de metal en movimiento, de inspiración surrealista, se dice que simulan el movimientos de los actores y bailarines que actuaban en el antiguo teatro localizado donde hoy esta dicha fuente.
Si nos orientamos mas en la zona comercial, encontramos a Marktplaz o plaza del mercado, el punto mas concurrido de la ciudad al estar localizada frente al Ayuntamiento. Esta zona esté llena de barcitos y restaurantes. Volviendo al Ayuntamiento (Rathaus) es un edificio pintoresco con su fachada de color rojo brillante, es la sede del gobierno y del parlamento. Además de ser un lugar imprescindible de ver, les cuento que fue construido entre 1504 y 1514 por el Gremio de Artesanos, para demostrar su independencia del poder del obispo, podes ingresar sin costo alguno para ver su patio interno, su decoración y estilo. Su casco antiguo tuvo sus orígenes en el medioevo, tal es asi la perfecta conservación de la Puerta de Spalen (Spalentor) Se trata de una de las tres puertas, todavía en pie, que desde el siglo XV formaban parte de las murallas de la ciudad. La Puerta de Spalen fue construida durante la década de 1400 compuesta por una torre cuadrada y dos torretas redondas a los lados. Además de defender la ciudad, la función de esta puerta era la de garantizar la entrada a Basilea de los productos provenientes de Alsacia.
Este destino lo describí como boutique, lo hice porque encontré el glamour de las grandes urbes con la perfecta combinación de lo chiquito. Todo a la mano, todo ordenado, todo alineado, todo tiene un por qué, me encantó tener la posibilidad de conocer algo diferente, conocer el primer mundo, me quedó con todo lo descripto, lo llevo en mi mochila de lugares con paz y tranquilidad. Gracias Basilea!
