Este país conformado por un archipiélago, se llama oficialmente República de Malta, es uno de los veintisiete estados Soberanos que forman la Unión Europea. Es uno de los mas densamente poblados, compuesto por varias islas y localizado en el centro del Mar Mediterráneo, al sur de Italia, al este de Túnez y al norte de Libia. De acuerdo a tal ubicación estratégica, ha sido gobernado y disputado por diversas potencias con el pasar de los siglos. En 1964 consiguió su independencia y no fue hasta 2004 su adhesión a la Unión Europea.
Este destino es super popular desde el punto de vista del turismo gracias a su clima cálido, cuenta con numerosas áreas recreativas y monumentos arquitectónicos e históricos por excelencia, incluidos tres sitios pertenecientes al Patrimonio Mundial de la Humidad de la UNESCO, el Hipogeo de Hal Saflieni, La Valeta y siete tempos megalíticos que son algunas de las estructuras mas antiguas del mundo. Este país insular es considerado uno de los seis micro-Estados del continente europeo.
Si hablamos un poco de su economía, sus mayores recursos provienen de la piedra caliza, este país solo produce el 20% de lo consume, depende del comercio exterior básicamente, especialmente como puerto de trasbordo para los buques internacionales, y en gran medida del turismo.
En cuanto a la cultura, refleja una clara influencia de los países que la gobernaron hasta su independencia, en particular Italia y Reino Unido. A lo largo de la historia se puede decir que fue la isla mas codiciada por las civilizaciones del Mediterráneo dada su extraordinaria localización estratégica.
Luego de esta breve introducción, puedo contarles mi experiencia en este bellísimo destino. Hay varias maneras de acceder a la isla, esta muy cerca de Sicilia, en mi caso particular, accedí por mar a través de un crucero, el cual permanecía en La Valeta por dos días. Esta ciudad es la capital del país con un gran puerto tanto comercial como para el turismo, sus edificios datan a partir del siglo XVI, caracterizados por tener construcciones barrocas con elementos del Renacimiento, la neoclásica y algunas modernas en zona determinadas, ya que la Segunda Guerra mundial dejó cicatrices en la ciudad. En 1980 fue oficialmente reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y en 2018 fue declarada Capital europea de la cultura. Apenas desembarqué en la zona antigua, quedé enamorada del color de la ciudad, todo engamado en beige, grandes arcos, peatonales, parecía que estaba en un cuento de película. Por supuesto, como suelo hacer, reservé un tour gratuito por la ciudad, ahí nos fueron explicando un poco de la historia del lugar, de todas las civilizaciones que fueron ocupando la isla y sus legados que fueron dejando en la impronta del país. Caminamos cada rinconcito del centro histórico, un clima cálido que nos acompañó toda la hora y media de caminata. Este lugar es una postal en si, cada cuadra que recorres, miles de fotos para sacar. Como había comentado anteriormente, tiene mucha influencia italiana, esto lo vemos reflejado en su gastronomía, la verdad una exquisitez. Hay muchísimas actividades para realizar en la isla, su mar turquesa te invita a realizar actividades acuáticas, la realidad es que fui en Octubre y hacía 23 grados, no daba para meterse al mar, pero se que la próxima vez no me quedaré con las ganas. Hay miles de opciones de paseos en barco para el amanecer, el atardecer, vale la pena porque la ciudad acompaña esta gran postal que se mezcla con el mar infinito. Yo tomé un crucero por la costa al atardecer, la verdad fue mágico y altamente recomendable para agregarlo en la lista del viajero. La zona del puerto acompaña al paisaje de la ciudad, como que todo esta pensado a la perfección, cada edificio combina con todo, no hay construcciones libradas al azar.
Otra excursión que debo destacar por su historia, sus monumentos, es la ciudad amurallada de Mdina, ubicada en la zona mas alta de la isla a tan solo 19 km de la capital. Tenes varias maneras de llegar, a través del tour Hop off Hop on, en buses locales o en tour privado. La isla en sí, es bastante árida en el sentido que casi no ves arboles, plantas, medio desértico, encontráas piedra por todo el territorio. Ingresas a través de un puente con su gran puerta. Es conocida también como Ciudad del Silencio, sus calles conserva el estilo medieval, esto hace que recorrer sus calles sea una experiencia hermosa. Pocas ciudades amuralladas del medioevo ofrecen el ambiente y el color crema que encontrás acáa. Fue fundada por los fenicios en el 700 ac., durante mucho tiempo fue la capital del país. Les recomiendo visitarla de día, sus callecitas en silencio, balcones con flores como la Santa Rita, crean un ambiente difícil de explicar. Todo te transporta a otra época. La mayoría de sus edificaciones son del barroco, encontramos varias iglesias, plazas, todas en composé con esta pequeña ciudad entre muros. Otra cuestión que me llamó la atención fue la cantidad de negocios de artesanías típica de la zona. Terminé el recorrido con una gran puesta del sol increíblemente. Al día siguiente, no pude aguantar y decidí ir a la playa, crucé literal toda la isla, en 25 minutos estaba en el paraíso, a pesar de no meterme al mar turquesa y transparente. Visité Golden Bay, es una de las playas de arena mas conocidas en toda la isla, mas que nada por estar equipada para el turismo, su gran extensión te permite caminar disfrutando del paisaje.
A pesar de estar muy poquito tiempo en el destino, descubrí un lugar lleno de paz, de prolijidad, de paisajes nobles que te invitan a volver una y otra vez. Malta me enamoró a primera vista y espero volver en un futuro no muy lejano. Nos vemos prontito Malta!