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Este País-Estado es el más pequeño de todo el Sudeste Asiático. Esta isla cuenta con una superficie total de 697km2: fue ganando territorio de a poco de cara al mar. Se conecta al continente (Malasia) a través de dos puentes. Cabe destacar que consiguió su independencia definitiva en  1965, luego de ser una colonia británica por muchos años. Pensando en un pais tan pequeño, observamos que es un estado de los más globales y uno de los centros más neurálgicos que existen hoy en día. Además, posee el segundo puerto que más mercancías mueve en la región, de hecho históricamente su ubicación estratégica entre Asia y Medio Oriente hizo que sea un paso obligatorio y por ende, obligado pago de tasas. Sin dudas es de primer mundo, es el 3er país con mayor renta por cápita, figura en los primeros puestos internacionales  hablando de educación, transparencia politica y sanidad.

Ahora si, una vez que di una breve introducción a este magnífico espacio de sopresas, les cuento que llegamos a principio de Octubre, vuelo de Emirates desde Dubai con una duracion de 8 horas. Otra vez más, permanecimos 4 noches en uno de los hoteles más lujosos y destacados de la bahia, El Hotel Fullerton Bay, que me hizo acordar mucho al hotel Alvear. Con mucho mármol, suntuoso, desde su terraza tiene las vistas más espectaculares, especialmente hacia el hotel Marinas Bay Sands, también reconocido Hotel por tener su piscina de borde infinito en el último piso, el cual hablaré más adelante. Algo que siempre destaqué de este alojamiento fueron sus amenities, es decir todo aquellos accesorios que brindan incluidos en la tarifa, pero especialmente los productos de librería, recuerdo estar sentada en el escritorio y abrir sus cajones llenos de productos tales como reglas, post-its, tijera, cinta adhesiva, cuadernos, resaltadores, saca puntas, algo que nunca había visto en hoteles de esta categoría.

Vista desde el rooftop del Fullerton Bay Hotel

Hay muchas actividades para hacer, pero como siempre recomiendo: conviene hacer un city tour y luego elegir las excursiones referidas a la información general que nos enseñaron. Como toda ciudad cosmopolita tenemos el barrio chino, pero además cuenta con el barrio Little India, lo lindo de este último lugar es arquitectura típica, y por casualidad llegamos justo cuando estaban festejando el año nuevo hindú, llamado Diwali, la decoración de esas callecitas eran de no creer. También tuve una vista panorámica de toda la bahía a través de su vuelta al mundo (Singapur Flyer), algo imperdible si te toca un día despejado.  Ahora en representación de las mujeres, quiero contarles que este país concentra la mayor cantidad de shoppings en una misma avenida, Orchard Road, jamás en mi vida vi tanto movimiento y tantas tiendas, como será que llegué a usar el Google Maps para poder ir de un lado a otro caminando, en vez de cruce peatonales, tienen pasajes subterráneos que conectan los centros comerciales entre sí, una verdadera locura.

La gastronomía es impecable, en todo sentido, tiene los estándares más altos que he conocido después de Londres y París. Encontrás comidas de lo que quieras y curiosamente fuimos a almorzar a un restaurant con menús europeos clásico llamado The White Rabbit. Ubicado en un barrio de casas muy tranquilas a 10 minutos del centro, lo curioso de este local es donde funciona, en una antigua iglesia, tal cual lo leen, aún conserva los vitrales originales, arcos ojivales y altar, digno de visitar y sentir el ambiente lleno de energia.

Restaurant The White Rabbit

Otro día ha llegado, intenso por cierto, pero colorido. A pocos minutos del hotel, llegamos a The National Orchid Garden, el jardín nacional de Orquídeas ubicado en el Botánico de Singapur, demás esta decirles que el lugar es increíble, dividen la exhibición en 4 estaciones (verano, otoño, invierno y primavera). Cada una de estas zonas se caracteriza por una paleta de color, es decir, no sólo tenés infinitas variedades de orquídeas sino además de gamas de colores de acuerdo a la época del año que representan, una hermosura digna de visitar.

National Orchid Garden

Siguiendo la línea de lo natural, llegamos a un espacio único en modernidad, arquitectura y de vegetación si de plantas hablamos, el famoso Gardens by the Bay (Jardines de la Bahía). Ubicado en un complejo de tierras ganadas al mar de 101ha, una vez más, te llevás la sorpresa de un combo arquitectónico, de variedad infinita de vegetación, de cascadas, sus techos totalmente vidriados y aclimatados para mantener las especies en su hábitat. Cuando pensé que era todo, me di cuenta que faltaba recorrer otro sector igual de espectacular llamado Supertree Grove, se trata de árboles gigantes ubicados sobre unos jardines inmensos, ultra-cuidados. Lo interesante son los shows de música y luces que brindan estas estructuras de gran tamaño, de hecho, una de ellas, en su parte más alta, funciona un bar tipo rooftop donde encaja la foto perfecta con el famoso hotel de fondo. Un brindis ahí, es el lugar perfecto que todo viajero tiene que agendar.

Cascadas en el Gardens by the Bay
Vista desde el Supertree Rooftop
Show de luces y música en el Super Tree

Concluyendo esta impactante visita, terminamos en uno de los restaurantes más exclusivos, Cé La Vi, ubicado en el último piso del hotel Marinas Sand Bay. Gastronomía asiática ultramoderna con las mejores vistas de Singapur. Anexo a este lugar se encuentra la famosa piscina que recorrió el mundo, ¿quién no ha visto esta imagen? Realmente fue un viaje lleno de sorpresas y me gustaría agradecer a Paula, sin ella no hubiera sido posible conocer cada rinconcito de este destino increible.

Vistas desde el restaurante Cé La Vi

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