Periodista de Tierra del Fuego.

La vuelta a clases presenciales no parece ser un tema sencillo de solucionar. Si bien desde el Ministerio de Educación se trabaja en un protocolo, para que al menos algunos alumnos puedan volver a las escuelas de forma presencial, los edificios educativos en la provincia no están preparados para hacerlo en el corto plazo. 

Desde la legislatura el presidente de la comisión de educación Emanuel Trentino (FORJA), adelantó que apuesta al trabajo “para que se pueda volver, y en el marco de la comisión este miércoles va a estar la Ministra de Educación y la Ministra de Obras Públicas junto al Ministro de Economía para explicar a los legisladores cómo vamos a seguir. Ojalá pueda volverse a clases lo antes posible, los protocolos tienen que ser efectivos y tenemos muchas expectativas obviamente”. Pero eso no parece tan fácil en la práctica, desde los papeles y discursos, se pueden anunciar protocolos pero a la hora de llevarlos adelante es un poco más complicado si tenemos en cuenta el estado edilicio y que esta comenzando el invierno. Solo como ejemplo todos los años en invierno distintos establecimientos educativos suspenden actividades por falta de calefacción o algún inconveniente en los edificios, si a esto le sumamos que en todo este tiempo de pandemia prácticamente no se hicieron trabajos de envergadura en los colegios y permanecieron cerrados parece un tema que se resuelva a la brevedad.

La ministra de educación Analia Cubino sostuvo que, hasta que no haya noticias de la implementación de una vacuna, “vamos a tener condiciones excepcionales. La escuela moviliza miles de personas de transporte público y vamos a tener que tener condiciones de distanciamiento dentro de las aulas. Es probable que usemos patios, pasillos. Ojalá pronto tengamos la noticia de la implementación de una vacuna. Pero hasta tanto tengamos eso vamos a tener condiciones excepcionales”. 

Sin desmerecer las palabras de la señora Ministra, queda bastante claro que no conoce muchas escuelas por dentro. En la gran mayoría de los establecimientos de Ushuaia, por lo menos, las aulas que están preparadas para 20 niños concurren 28 y en varios casos con niños que están integrados. No hace falta ser docente para conocer los edificios escolares, todos los que fuimos a votar en las últimas elecciones vimos lo que son los pasillos y las aulas de los edificios y mucho no cuentan con gimnasios o salones de uso múltiples. Es probable que en algunos establecimientos de la ciudad de Río Grande por obvias razones cuenten con más espacios y no solamente de los colegios públicos, en los casos de los públicos de gestión privada es más o menos la misma condición. Solo por citar un ejemplo, el Concejo Deliberante hace unos años hizo una excepción para que un secundario de gestión privada funcione en el primer piso del que conocemos como el shopping de San Martín. Lo que era provisorio se transformó en “provisorio para siempre” y claramente ese edificio no está construido para ser un colegio.

Si bien no se habló de los jardines de infantes, teniendo en cuenta las salas obligatorias (5 años), habrá que estudiar cuales de ellos tienen la capacidad de contener a los niños y niñas con las condiciones del protocolo de salud. Otro tema no menor son los docentes que concurran a las escuelas, se tendrá que trabajar mucho junto al sindicato para que los mismos no corran riesgos y los contagios se produzcan con los niños siendo ellos portadores sanos de la enfermedad. 

Por todo ello es muy difícil pensar en que las clases vuelvan a ser presenciales a la brevedad, lo que no indica que se empiece a trabajar desde ahora para que todos puedan sumar ideas y seguramente las reuniones de esta semana con Ministros y Gremios en la legislatura provincial puedan salir ideas claras para lo que viene.

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