Periodista de Tierra del Fuego.

Aclaración: las imágenes a continuación pueden herir la sensibilidad del lector y no ser apropiadas para el público en general.

Hace muchos años que se habla sobre la problemática de los perros abandonados y como se asilvestran. El crecimiento exponencial ha vuelto el problema no sólo económico, sino de seguridad en la provincia. Los expertos coinciden en que hay factores socioculturales y de responsabilidad en la sociedad como causa, pero no parecen tener en claro cuál es la mejor solución posible. Las campañas municipales de castración y chipeado pueden haber disminuido los nuevos perros que se suman a los ya asilvestrados, pero tampoco ha dado señales de mejoría ante la situación.

Hace un par de días una publicación del diario La Nación da cuenta de números que asustan, pero que en la provincia se conocen hace mucho, y que inclusive obligó a muchos empresarios a dejar de criar ovejas y pasar al ganado vacuno por las pérdidas que se originaban cuando las manadas de perros asilvestrados atacaban a los ovinos. Ya en 2017, desde este medio hablábamos sobre la problemática.

Ya en esa época adelantábamos la preocupación de los ganaderos y se planteaba una jornada de capacitación, organizada por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la provincia; el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y entidades que concentran el sector productivo.  

Si bien se trabaja desde hace años en el tema queda claro que las políticas desarrolladas para evitar la propagación y ver de que manera minimizar los daños que producen estos animales no dieron los resultados esperados.

Según el médico veterinario Fabián Zanini, entrevistado por el medio nacional planteó que “Los perros asilvestrados fueron expandiendo su radio de acción hacia zonas rurales, en campos con montes donde encontraron un hábitat para el refugio, la comida y la reproducción. Si bien hoy atacan sobre todo a las ovejas, y también a terneros y vacas, su base de alimentación es el guanaco, otro animal que aquí representa problemas para los campos ganaderos porque compite por el pasto de las vacas».

Zanini destaca el impacto en la actividad. «Hay menos ovejas, menos gente viviendo en los campos y hay menos esquiladores. Yo soy veterinario, vendo insumos y también ha disminuído mi trabajo”.

Mas allá de las búsquedas de políticas concretas y jornadas de capacitaciones habrá que pensar en como eliminar estos animales que tal cual lo plantean los especialistas ya dejaron de ser perros controlados por sus amos y perdieron el contacto humano para pasar a un estadio similar a sus antecesores, los lobos.

DEJA UNA RESPUESTA

Please enter your comment!
Please enter your name here